Detrás de las redadas
El ingeniero constructor me lo contó sin desenfado: “tuve que pagar 70 mil pesos en el centro de retención de haitianos en Haina. Y sólo así me devolvieron a los trabajadores que están conmigo en la obra”.
Me explicó que esos haitianos realizan diversas funciones, y que aquellos por los que viajó hasta Haina, un municipio de San Cristóbal, tienen todos permisos de residencia en territorio dominicano.
Este profesional de la construcción accedió a responder algunas preguntas que le formulé sobre lo más parecido a un secreto a voces: que los agentes de la Dirección General de Migración tienen un negocio redondo con las batidas que con frecuencia realizan en todo el país.
“Los agarran aun teniendo papeles. Entonces, luego hay que pagarles para que los suelten, porque el objetivo no es apresarlos, sino cobrar dinero”, expresó el ingeniero, seguro de su señalamiento.
Dijo que cuando pagó los 70 mil pesos en el centro de retención procedieron a entregarle a los haitianos, quienes el día anterior habían sido apresados y montados en un bus amarillo por oficiales de Migración.
En las 32 provincias que componen la geografía nacional se escuchan comentarios parecidos sobre estas redadas. Sería interesante saber qué tan enterado está el presidente Luis Abinader de esta situación, porque como jefe de Estado lleva la voz cantante en la necesidad de aplicar sin miramientos las normativas que regulan la migración en nuestro territorio.
Por esta razón, el cumplimiento de las políticas migratorias no puede estar bañado de anomalías que disputen la palabra empeñada del primer mandatario frente a un problema tan fundamental para los dominicanos.
Los haitianos han respondido de forma violenta ante estas redadas, y muchos de ellos atribuyen este comportamiento a los estragos que les produce el círculo de ser detenidos y liberados solo cuando pagan dinero.
Son imputaciones muy serias. El propio Gobierno debe responder comenzando una investigación exhaustiva con organismos no dependientes de Migración. Y de ser cierto lo que se dice, castigar a quienes se ocultan detrás de esta mafia.