¿Quién vigila?
La muerte la semana pasada del turista canadiense James Gordon William Dewitt, de 40 años, en la playa de Cabeza de Toro en el Distrito Municipal Turístico Verón-Punta Cana, pudo evitarse.
Dewitt salió a una excursión pesquera con cuatro amigos, a bordo de una embarcación tripulada por dos dominicanos. Próximo al mediodía del pasado lunes, el barco zozobró y Dewitt fue el único que no pudo ser rescatado de inmediato. Al día siguiente, su cuerpo salió flotando en una de las playas cercanas a Cabeza de Toro.
Lo importante a destacar aquí es que las autoridades de Verón-Punta Cana refirieron que esa embarcación había salido sin despacho. ¿Qué significa eso? Esto quiere decir que las autoridades dominicanas no habían otorgado permiso para salir a ese barco, puesto que había un mal tiempo pronosticado.
La Onamet había recomendado para la costa Atlántica, ese fatídico lunes, que los operadores de frágiles y pequeñas embarcaciones debían navegar con precaución, sin aventurarse mar afuera desde Cabo San Rafael (La Altagracia) hasta Cabo Samaná (Samaná), debido al viento y oleaje anormal. Hasta ahora, lo que ha transcendido es que estos tripulantes desobedecieron dichas indicaciones.
La pregunta de rigor es ¿Quién vigila para que las embarcaciones no salgan luego de las advertencias emitidas por las autoridades meteorológicas? Al parecer, nadie, porque estos tripulantes salieron con cinco turistas canadienses a un mar embravecido y nadie se percató de ello.
La regulación y vigilancia en las playas de esta localidad debe ser una prioridad para las autoridades. Debemos cuidar el turismo, y sobre todo las vidas de quienes nos visitan para pasar un tiempo agradable en esta media isla.