PUNTA CANA. Cualquier ser humano en la tierra que alguna vez disfrutó de las divertidas historias de “El Chavo del Ocho” sabe que su comida favorita era la “torta de jamón”.
Eran tantas las ganas y el deseo que ponía el personaje de Chespirito para conseguir una preciada “torta de jamón”, que muchas veces ese interés traspasaba la pantalla y llevaba a sus seguidores a querer imitar al pobre niño huérfano disfrutando su banquete.
Además de ser un sabroso alimento para todos los niños, siempre existió la curiosidad en las distintas latitudes por saber qué ingredientes tenía y cómo se preparaba la mencionada “torta de jamón”, aunque pareciese un simple sandwich.
En México, a diferencia de otros países donde la torta es un pastel de crema, allá se llama torta a una especie de sándwich que se prepara con diferentes tipos de pan. En Chile, lo más parecido es la marraqueta o pan batido.
Es una preparación simple, económica y rápida, ya que también se sirven frías como calientes y se pueden rellenar con diferentes ingredientes como jamón, tomate y lechuga.
A ellos se le pueden sumar complementos y aderezos como mayonesa, crema, aguacate, frijoles y cualquier tipo de chile o combinación de ellos como el chile jalapeño, chipotle, y salsas o guacamole.
Esta sencillez y sabor la ha convertido en una comida muy popular. Incluso, hoy su consumo ha aumentado en el país norteamericano. Y gracias al fanatismo del “Chavito”, quien hizo conocido a este plato en el mundo entero “sin querer queriendo”.
Sin embargo, sus orígenes se remontan a fines del siglo XIX cuando a un vendedor de tacos se le ocurrió utilizar un pan de trigo para dar forma a una torta.
La mezcla consideraba una fusión de la cocina mexicana y la cocina europea, ya que desde ese entonces las tortas se rellenaban sólo con carnes frías, entre ellas, el jamón.
En el centro histórico de la Ciudad de México, en 1892 un local llamado “Tortería Armando” se autoproclamó como “la primera tortería de la historia” ahuecando el pan para rellenarlo y que la gente pudiera llevarlo rápido.
Desde ahí cada persona o habitante de México elabora su propia receta de “torta”, incluso con preparaciones distintas entre regiones, ya sea de jamón como gustaba tanto al personaje infantil o con los ingredientes que se quiera. La receta es libre.
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