martes, noviembre 26, 2024
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Turismo es única fuente de ingreso de las ¨Mujeres Jirafas¨

Tailandia. Karen Padagung es una pequeña aldea donde viven refugiadas un grupo de las ya famosas “Mujeres Jirafas”. Se les conoce como Padaung, aunque ellas prefieren que las llamen Kayan.

Según cuenta la historia, los antepasados de las “Mujeres Jirafa”, arribaron hacia la antigua Birmania, hoy conocida como Myanmar, hace 2000 años, desde el desierto de Gobi – Mongolia. Mas tarde las “Mujeres Jirafas” fueron prácticamente desplazadas hacia el estado de Kayah, al este del país, para luego huir debido a la guerra civil, entre los años 80s y 90s, al en norte de Tailandia. Ahora viven con un estatus jurídico incierto. No se les reconoce como ciudadanos birmanos ni tampoco tailandeses.

De acuerdo a publicaciones realizadas por Arturo Bullard, los gruesos collares que usan las mujeres kayan para estirarse el cuello fue rápidamente causa de interés. Las agencias de turismo no perdieron tiempo y empezaron a explorar la extraña forma que tiene esta etnia de adornar sus cuellos. No faltaron los guías que crearon historias en relación a las kayan, de esa manera fomentaban el interés de los futuros visitantes.

Los anillos en el cuello se van incrementando uno por año desde los 5 a los 12 años de edad. A partir de eso se le añaden la mayor cantidad de anillos hasta que su cuello llegue a su tope. Los anillos nunca se los quitan, duermen, se bañan y hacen todo en su vida con este armatoste alrededor del la garganta.

Se ha registrado una mujer kayan que llego a ponerse 27 collares, los que le estiraban el cuello unos 25 cm. En 1979, la National Geografic mostraba la radiografía de una mujer kayan en la que se aprecia que los collares no aumentaban la separación de las vertebras del cuello, sino que oprimía hacia abajo la clavícula y la cavidad de las costillas, creando de esa manera el efecto del cuello estirado.

Muchas madres obligan a sus hijas a “seguir la tradición”, no por creencia, sino por asegurarles un futuro económico, volviéndose una “atractivo turístico” para los miles de visitantes que llegan a la aldea de Karen Padaung y todas las otras aldeas de “Mujeres Jirafa” del Norte de Tailandia. Lamentablemente el turismo es su única fuente de ingreso.