PUNTA CANA. Desde hace varios años son muchas las campañas que buscan contribuir a esta concientización, tanto de la sociedad civil como de numerosos restaurantes y bares que se han sumado pidiendo a los clientes solicitar sus bebidas sin sorbete. Además de esto, cada vez son más los estados de nuestro país que han pasado alguna legislación que prohíbe el uso de sorbete (al menos 25 estados) y otros productos plásticos de un solo uso como bolsas y artículos de unicel (29 estados de 32). Esto ha llevado a que cada vez más personas decidan sumarse y pedir sus bebidas sin sorbete, pero aún persisten muchas otras ajenas al problema o que siguen cuestionando el impacto que puede tener un simple sorbete en el medio ambiente.
Aunque los sorbete representan una pequeña fracción de todos los residuos que generamos en las ciudades, es importante reducir su uso siempre que podamos. Lo anterior porque debemos dejar atrás la cultura del usar y tirar, no tiene sentido usar artículos diseñados para usarse por tan poco tiempo y después desecharse, que tardan años en degradarse y que llegan a la naturaleza.
Realmente no cuesta nada tomar directamente del vaso o usar un popote reutilizable, como aquellos de acero inoxidable, que no generan residuos. Déjemos los sorbete solo para las personas que por su condición médica verdaderamente los requieran.
Sí, los sorbete no constituyen la mayor parte de la basura marina, sí que contaminan y el no utilizarlos se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la contaminación plástica, por ser un artículo ampliamente utilizado, conocido por las personas, y fácilmente sustituible por opciones más ecológicas.
Pero no se trata solo del popote, detrás de las campañas para evitarlo lo que debe leerse es el mensaje de la importancia de evitar todo lo desechable y de transitar hacia estilos de vida y formas de consumo y distribución de productos basados en la reutilización, es decir, en productos diseñados para reusarse, como los sorbetes reutilizables de diversos materiales (acero, aluminio, madera, etc.).
Los sorbetes biodegradables o compostables no son la solución, porque siguen generando residuos. Para biodegradarse, los sorbetes de este tipo requieren de condiciones que muchas veces no existen en el medio marino, ni en el relleno sanitario, ni en las calles de una ciudad. Por tanto, si no son gestionados adecuadamente igual van a terminar generando contaminación. El mejor residuo es el que no se genera.
Todos los puntos anteriores aplican no solo para los sorbetes, sino también para todos los demás plásticos de un solo uso, el problema también lo son las bolsas, el unicel, la botella de PET del refresco, los empaques de alimentos que encontramos en el súper, el vasito del esquite, etc. Por tanto, evitemos los desechables y optemos por artículos que podamos reutilizar por muchos años, evitando así generar basura.