viernes, noviembre 22, 2024
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Hace 41 años se estrenó El Cascanueces

PUNTA CANA RD. El 18 de diciembre de 1892, el mundo fue testigo de un acontecimiento que cambiaría para siempre el panorama del ballet clásico. En el majestuoso Teatro Mariinski de San Petersburgo, se desveló ante un público expectante «El Cascanueces», una obra que, aunque inicialmente no fue aclamada, con el tiempo se convertiría en un símbolo icónico de la Navidad y un deleite para espectadores de todas las edades.

Piotr Ilich Chaikovski, el renombrado compositor ruso, fue el arquitecto musical detrás de este cuento de hadas. Entre 1891 y 1892, Chaikovski creó una partitura que capturaría la esencia de la fantasía y el asombro, convirtiéndose en su Opus 71. Esta obra, que incorpora el uso innovador de la celesta, un instrumento que imparte una calidad etérea a la famosa «Danza del Hada de Azúcar», es hoy en día sinónimo de la magia navideña.

El libreto de «El Cascanueces» fue una colaboración entre Marius Petipa, el célebre coreógrafo, e Iván Vsévolozhsky. Basándose en la adaptación de Alejandro Dumas del cuento original de E.T.A. Hoffmann, crearon un ballet en dos actos lleno de imaginación y belleza. Aunque Petipa inició la coreografía, fue Lev Ivánov quien la llevó a término, debido a la enfermedad de Petipa.

La dirección musical estuvo a cargo de Riccardo Drigo, con un elenco estelar que incluyó a Antonietta Dell’Era como el Hada de Azúcar y Pável Gerdt como el Príncipe Coqueluche. Este equipo de talentos extraordinarios presentó una interpretación que, aunque no fue inmediatamente exitosa, sembró las semillas de lo que sería una apreciación mundial en décadas futuras.

Antes del estreno del ballet, Chaikovski seleccionó ocho piezas para formar la «Suite del Cascanueces», que fue presentada en marzo de 1892. Esta suite se convirtió rápidamente en un éxito, preparando el escenario para la futura popularidad del ballet completo.

Aunque el estreno de «El Cascanueces» no fue un éxito rotundo, su popularidad creció exponencialmente a mediados del siglo XX, especialmente después de que Walt Disney incluyera su música en la película «Fantasía» de 1940. La televisación del montaje de George Balanchine a finales de los años 50 también contribuyó significativamente a su fama.