El caldo de pollo, también conocido como sopa de pollo o caldo de gallina en países como Perú, es una preparación que se ha mantenido en la gastronomía mundial gracias a su sabor y propiedades reconfortantes. Este plato, que suele incluir trozos de carne junto con ingredientes como arroz, cebada, zanahoria, papa, apio y cebolla, es apreciado no solo por su sabor, sino también por su reputación como remedio para aliviar los síntomas de resfriados y gripes.
Las propiedades curativas del caldo de pollo están documentadas desde hace siglos. Un ejemplo de esto se encuentra en el Manual de mujeres en el cual se contienen muchas y diversas recetas muy buenas, un libro anónimo del siglo XVI escrito en castellano, que describe cómo preparar un caldo medicinal a base de gallina, acompañado de especias como nuez moscada, canela, clavos y jengibre. Este caldo espeso, según el texto, debía darse a los enfermos para favorecer su recuperación.
Durante la época virreinal, el caldo de pollo también era una recomendación común en las dietas de los pacientes. Las indicaciones para su preparación eran realizadas por el enfermero mayor, quien reconocía sus beneficios como alimento fortalecedor.
Hasta hoy, el caldo de pollo sigue siendo una opción popular para reconfortar el cuerpo y apoyar la recuperación de enfermedades respiratorias. Sus ingredientes, ricos en nutrientes y fáciles de digerir, contribuyen a la hidratación y recuperación del cuerpo.
