En agosto pasado un joven se perdió en el mar durante 12 horas y fue rescatado por delfines. Así reza la noticia divulgada. No obstante, es interesante el relato del sobreviviente de este acontecimiento.
Tiene 23 años, a punto de cumplir los 24 en este 2021. La playa Castlegregory es una de las más bellas de Irlanda. Su paisaje es interesante, su oleaje intermitente y un tentador faro se observa en la distancia.
Entonces, a McSorley se le ocurrió una idea que pone en peligro su vida. Se le antojó nadar solo, hasta el faro que se divisa a lo lejos. La distancia era de 9 kilómetros, bastante larga y con el agua muy fría a esas horas.
Eran las 8 de la mañana. El joven McSorley dejó sus cosas en la arena y se sumergió en el agua. No avisó a nadie, y tampoco tomó las precauciones necesarias. Solo quería aprovechar esas horas mañaneras para nadar.
A las 11 de la mañana, este vecino avisó a los guardacostas. En poco tiempo, se tuvo la certeza de una persona se había sumergido a nadar, sin haber salido del agua por varias horas. Se activaron los rescatistas y empezaron a buscar.
Ruairí McSorley ha comentado que logró llegar al faro. Dio la vuelta, le tocaba retornar a la playa. Eran nueve kilómetros de ida y otros nueve kilómetros de retorno. No obstante, se empezó a sentir agotado.
Además, comenzó a experimentar síntomas de hipotermia. Se quedó sin fuerzas, sin poder bracear. Sintiendo que se hundía, de repente vio a unas criaturas marinas que lo rodeaban y daban saltos en su derredor.
El joven pensó que eran tiburones que llegaban a devorarlo. ¡Pero en realidad eran delfines! Curiosamente, los guardacostas vieron a estos delfines saltando del agua y se dirigieron al lugar donde estaba McSorley.
Los rescatistas afirman que estos animales tenían un comportamiento extraño, por eso se acercaron. Lo cierto es que gracias a su presencia pudo salvarse Ruairí McSorley.
Esta anécdota levante el debate sobre la realidad detrás del cautiverio de orcas y delfines. También, se rememora la muerte de un delfín que vivía en la soledad en un acuario abandonado en Japón.
Se trata de animales inteligentes. Además, muchos náufragos aseveran haber obtenido ayuda de delfines en el mar. Esta historia acontecida en Irlanda parece revalidar estas narraciones sobre delfines rescatistas de personas.
