VERÓN.-El Domingo de Pascua, también conocido como Domingo de Resurrección, Domingo de Gloria o Domingo Santo, es una conmemoración de origen cristiano que cierra el Triduo Pascual, también conocido como los tres días santos, en los que se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.
El Domingo de Resurrección es una fiesta que celebra el regreso a la vida de Jesús el hijo de Dios. Luego del martirio vivido por Cristo que finalizó en su crucifixión en el Calvario, y tal como lo había prometido a sus discípulos, Jesús regresó de la muerte cumpliendo el mandato divino de Dios, probando que era el salvador de la humanidad.
Los Evangelios relatan que luego de crucificar a Jesucristo en Gólgota, a las afueras de Jerusalén, José de Arimatea, hombre justo y sabio, reclamó ante Poncio Pilato, prefecto de Judea, el cuerpo de este para ser sepultado. Procedió, entonces, a embalsamar el cuerpo, envolverlo en un gran manto y trasladarlo hasta una cueva, donde lo selló con una gran piedra.
En la madrugada del día siguiente, las mujeres seguidoras de Jesús se acercaron a la cueva para ungir el cuerpo con perfume y aceites, pero, según los libros de San Mateo, San Marcos y San Juan, un joven con vestiduras blancas, que bien podría haber sido un ángel, les anunció que Jesucristo había resucitado.
Durante el camino a Galilea, Jesús de Nazaret se apareció a varios de sus discípulos, entre ellos María Magdalena, a quien le avisó dónde le podrían encontrar sus apóstoles. Jesús finalmente se reunió con ellos, les dio el Espíritu Santo, el poder de perdonar los pecados, y, luego de ello, ascendió a los cielos.