Punta Cana. En un reciente estudio internacional liderado por la Universidad de Exeter, el Fondo Británico de Ornitología y la Universidad de Queensland de Australia, se ha confirmado que la presencia de aves en entornos cercanos a los humanos puede significativamente reducir el estrés.
Este hallazgo refuerza la creciente evidencia de que la naturaleza, en particular la observación de aves, tiene poderosos efectos terapéuticos en la salud mental.
El estudio, que involucró a cientos de participantes, reveló que simplemente ver y escuchar aves, ya sea desde una ventana, en jardines o incluso en áreas urbanas, puede promover emociones positivas y aumentar el bienestar general.
Este impacto positivo en la salud mental sugiere que incorporar elementos naturales, como la presencia de aves, en el entorno cotidiano puede ser una estrategia efectiva para mitigar el estrés.
Joel Methorst, investigador del centro Senckenberg de investigación sobre Biodiversidad y Clima, destaca que la diversidad de especies de aves en el entorno próximo está fuertemente vinculada con mayores niveles de satisfacción con la vida.
Este descubrimiento subraya la importancia de la conservación de hábitats naturales y el fomento de entornos urbanos que apoyen la presencia de especies autóctonas, lo que podría beneficiar tanto la biodiversidad como la salud humana.
La investigación no solo valida el impacto positivo de las aves en la reducción del estrés, sino que también enfatiza la necesidad de políticas urbanas y prácticas de conservación que promuevan la coexistencia armoniosa entre las aves y las comunidades humanas.
Este hallazgo podría llevar a una mayor integración de la naturaleza en la planificación urbana y la promoción de entornos más saludables y satisfactorios para todos.
