sábado, septiembre 7, 2024
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Caipiriña, cítrico cóctel con sabor a Brasil

Con información de la revistagq

PUNTA CANA. La caipiriña, el cóctel nacional de Brasil, es la mejor opción para los que prefieren combinados veraniegos más contundentes y con más personalidad, sin perder carácter cítrico.

Quizá no sea tan popular como el mojito o el margarita, pero la caipirinha (o caipiriña), pero es una opción nada descartable para hacer frente a los cálidos meses de verano.

Es, como la mayoría gente sabe, el cóctel nacional de Brasil y, como ocurre con gran parte de los combinados más populares del mundo, su origen no está claro y son muchos los que se atribuyen su autoría.

Hay una versión extendida que defiende que se empezó a hacer en Portugal en 1918, concretamente en la región de Alentejo, como remedio para combatir la gripe española. La receta sin embargo era algo distinta, ya que se elaboraba con miel, ajo y limón. Con el tiempo se fue añadiendo aguardiente y lima, y voilà.

La versión oficial brasileña es que la caipiriña data de finales del siglo XIX y que fue creada por los terratenientes de Sao Paulo para poder beber licor destilado de la caña de azúcar como sustituto del vino y el whisky, más caros y más difíciles de conseguir.

Porque sí, la base de este cóctel era y es un licor que se obtiene como producto de la destilación de la caña de azúcar, pero no es el ron: la cachaça (o cachaza). Aunque provenga de la misma familia, la cachaça es menos dulce y tiene un sabor más seco y más marcado a aguardiente que el ron. Esto se debe a que, mientras el segundo se obtiene de las melazas una vez que el azúcar ha cristalizado, la primera es producto del jugo de la caña antes de cristalizar.

La caipiriña es de esos cócteles que absolutamente todo el mundo puede hacer, sólo hay que tener un poco de cuidado en la preparación para que te salga perfecta:

1er paso: Cortar las limas. Puedes utilizar entre 1 y 3, dependiendo del grado de acidez que prefieras. Córtalas primero por la mitad y retira la parte blanca que verás en el centro, que puede amargar el zumo. Luego, corta las mitades en cuartos o incluso en trozos más pequeños si prefieres, pero no hace falta que les quites la cáscara.

2º paso: Introduce las limas en un vaso corto (uno de Old Fashioned es perfecto) y echa también dos cucharadas de azúcar.

3er paso: Machaca las limas y el azúcar. Mejor que lo hagas con un muddler o mortero para coctelería. Aunque el mortero es preferible, si no tienes uno, hazlo con lo que tengas más a mano. Si puedes, concéntrate en machacar las limas por la pulpa en lugar de por la cáscara, para que suelten más zumo y además no amarguen la mezcla. Sigue con la tarea hasta que veas bastante jugo en el fondo del vaso y el azúcar quede lo más disuelto posible.

4º paso: Añade la cachaça. Lo puedes hacer a ojo, pero la medida estándar tiende a ser 50 ml aproximadamente. Tienes que tener en cuenta que este es un licor de 40 grados y que en una caipiriña no se mezcla más con el zumo de la lima, de ahí que se sirva en vaso corto (y no es recomendable que te tomes más de una a menos de que tengas bastante aguante). Si no te gusta el sabor de la cachaça, sustitúyela por vodka y estarás haciendo una caipiroska.

5º paso: Introduce el hielo. Lo puedes machacar antes si quieres, pero en cualquier caso intenta rellenar por completo el vaso. Remueve y ya tienes la caipiriña lista para tomar.