LA ROMANA. Uno de los pasatiempos preferidos de niños y adolescente, y en muchas ocasiones de adultos, es volar las chichiguas, pero si no se realiza en lugares seguros puede pasar de un momento de placer a uno de lamento y dolor. Esto así, al perder un
familiar o conocido cuando el artefacto volador hace contacto con el tendido eléctrico.
Entre los casos ocurridos en esta ciudad de La Romana, está el de Juana Rijo, quien expresa y refleja tristeza cuando habla sobre la pérdida de su nieto de apenas 10 años de edad.
Este murió electrocutado cuando volaba chichiguas encima de la azotea de un edificio ubicado en la calle General Gregorio Luperón, en el sector Villa Pereira.
“Cuando yo veo un niño en la calle o encima de una casa volando chichiguas, me pongo nerviosa y le digo: mira mi hijo bájate de ahí, no hagas eso, que yo perdí a mi nieto así mismo”, dijo la abuela afectada.
Rijo exhortó a los padres a estar más atentos y pendientes de que hacen sus hijos y que no le permitan nunca usar las calles o los techos de las casas para volar chichiguas por que eso es muy peligroso. Aconseja que mejor lleven a sus hijos a lugares abiertos y seguros.
El caso más reciente en el que perdió la vida el adolescente Clever Estien, de 16 años, se dio cuando este recibió una descarga eléctrica al tratar de ayudar a su compañero de entretenimiento Niqueson Guevara de 10 años de edad, que previamente había hecho contacto con un cable eléctrico. Luego de la descarga, Estien cayó del techo en que volaba la chichigua, muriendo a causa de quemaduras, trauma cráneo encefálico y laceraciones múltiples en sus miembros inferiores, según la médico legista Rebeca Castillo.
Mientras que el niño Niqueson está en la Unidad de Cuidados intensivos (UCI) en un hospital, recibiendo atenciones médicas. El hecho ocurrió en el sector La Cuchilla del Distrito Municipal La Otra Banda, Municipio de Higüey.
El director provincial de Empresa Distribuidora de Electricidad del Este (EdeEste) en La Romana, Heriberto Sánchez, dijo que esta mala práctica causa pérdida de vidas valiosas, y a la vez pérdidas económicas a la empresa distribuidora, por las averías que ocasionan las chichiguas enredadas en los alambres eléctricos.