PUNTA CANA. Fanática de las extensiones de pestañas desde hace casi un año, la enfermera brasileña Valéria Campos nunca imaginó que podría desarrollar algún tipo de alergia al realizar el procedimiento.
Sin embargo, cuatro meses después de hacer el mantenimiento de estos hilos postizos -cuando volvió al salón para ponerse solo las pestañas que se le habían caído con el paso del tiempo- notó que algo andaba mal.
La enfermera relata que tres horas después del procedimiento, sus párpados comenzaron a enrojecerse, hincharse y doler.
«La profesional utilizó los mismos materiales a los que yo ya estaba acostumbrada. Pero con el paso de las horas, el ojo se me hinchaba y me dolía cada vez más», recuerda Valéria.
Tres horas después del procedimiento, Valéria Campos notó que sus párpados estaban rojos, hinchados y doloridos.
«Prácticamente no pude dormir esa noche, eran las 3 de la mañana cuando me desperté y ya no podía abrir los ojos. Según el médico, tenía una infección, pero no sabía si fue por el pegamento o la pestaña sintética que se usó», añade.
Para recuperarse por completo de la infección, Valéria necesitó antibióticos durante siete días. Aunque el problema no afectó su visión en absoluto, dice que sus pestañas naturales no volvieron a crecer ni tener el volumen anterior al procedimiento de extensión.
«La cantidad de pestañas que tengo ha disminuido porque tuve mucha pérdida de pelos naturales», concluye.
¿Qué es la queratitis y la blefaritis?
La colocación o el mantenimiento inadecuados de las extensiones de pestañas, o incluso el mal uso de estos hilos postizos, pueden desencadenar algunas enfermedades oculares.
Esto se debe a que en la región de las pestañas también hay varias glándulas encargadas de la lubricación de los ojos, que pueden verse afectadas después del procedimiento.
La queratitis, una de las afecciones más comunes, se caracteriza por la aparición de pequeñas heridas superficiales que pueden surgir por el traumatismo directo del pegamento utilizado para alargar las pestañas con la superficie ocular.
Estas lesiones, aunque superficiales, son bastante dolorosas y suelen ir acompañadas de sensación de tener algo en el ojo, lagrimeo, enrojecimiento e hinchazón del párpado.
La blefaritis es una inflamación del párpado que provoca enrojecimiento, picor y acumulación de secreción. En esta enfermedad, la grasa presente en las lágrimas humanas se acumula en el párpado, aumentando el riesgo de que se desarrollen bacterias allí.
BBC