Hoy, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, enfrentamos una realidad estremecedora: en lo que va del año, al menos 47 mujeres han sido víctimas de feminicidio en República Dominicana. Cada una de estas vidas arrebatadas nos interpela como sociedad.
El hogar, que debería ser espacio de refugio y seguridad para las mujeres, es con frecuencia el escenario dantesco de sus tragedias Muchas mujeres, atrapadas en relaciones marcadas por la violencia, carecen de recursos emocionales, económicos o legales para romper con el ciclo de abusos que las victimiza. La respuesta institucional sigue siendo insuficiente, debilitada por la falta de seguimiento a las denuncias, desconfianza en las autoridades y la persistente impunidad que favorece al macho agresor.
A nivel global, las cifras son igualmente desoladoras: en 2023, 51,100 mujeres y niñas en todo el mundo fueron asesinadas por parejas o familiares, lo que equivale a un feminicidio cada diez minutos. Se calcula que, a nivel global, casi una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física o sexual al menos una vez en su vida. Urge transformar las palabras en acciones concretas.
La implementación de programas de prevención, educación en igualdad de género y justicia efectiva no puede ser una política opcional, sino una obligación permanente de cada estado. Erradicar la violencia contra las mujeres es una deuda que ninguna sociedad debería permitirse ignorar. Rompamos el silencio, condenemos la indiferencia y exijamos un mayor nivel de compromiso para combatir este flagelo.
