VERÓN. Para los cristianos, la Navidad es una fecha de felicidad, paz y amor, porque el nacimiento de Jesús muestra el gran amor de Dios, que se hizo mortal y habitó entre nosotros.
La Navidad es la fecha en que se celebra la presencia renovadora de Cristo que viene a salvar al mundo y el gran amor de Dios por los hombres.
El origen de la palabra Navidad se encuentra en el antiguo inglés tardío es Cristes Maesse, la Misa de Cristo. Su origen data de 1038, y Cristes-messe en 1131.
En holandés se dice Kerstmis, en latín Dies Natalis, de donde se deriva la palabra francesa Noël, e Il natale en italiano; en alemán Weihnachtsfest, de la Sagrada Vigilia previa.
En realidad no existe la certeza de qué día nació Jesús. Los Evangelios no señalan la fecha precisa, incluso hay datos que se contradicen.
La Enciclopedia Católica señala al respecto:
Los Evangelios no proporcionan ayuda alguna acerca de la fecha del nacimiento de Cristo; muchos datos contradictorios se basan en su información. Parece imposible que el censo se haya realizado en invierno, pues toda una población no pudo haberse puesto en camino.
Además, debió haber sido en invierno, pues el trabajo en el campo sólo se suspendía durante esta época; pero Roma no era tan considerada. Además, las autoridades difieren acerca de si los pastores podían o debían dejar sus rebaños a la intemperie durante las noches de la estación lluviosa.
Durante la Edad Media los templos celebraron la Navidad en diferentes fechas. Y es probable que los Papas eligieran el 25 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesús con la intención de desplazar las celebraciones paganas del solsticio de invierno.
Durante el reinado de Constantino el Grande, la iglesia propuso que el 25 de diciembre se celebrara el nacimiento del Salvador, lo que coincidía con la celebración romana del Sol Invictus.
Un árbol es símbolo de vida que da sustento, sombra y cobijo. Al estar apuntando hacia el cielo, varias culturas los relacionan con lo divino.
El pino navideño evoca en su forma triangular recuerda a la Santísima Trinidad y su perenne follaje verde simboliza la vida eterna.
Aunque actualmente el árbol de Navidad se considera el elemento más importante en la decoración navideña, en realidad su significado es más profundo y va más allá de ser un adorno.