VERÓN. Sea que sufras de intolerancia a la lactosa o que simplemente buscas en estas bebidas vegetales una opción más saludable, elige la mejor sabiendo lo que nadie te ha dicho al respecto.
En primer lugar, si buscamos en las leches de este tipo una manera sana de consumir los vegetales, es importante destacar que la mejor manera de consumirlos en su versión natural.
Christopher Gardner, científico de la nutrición y profesor en el Centro de Investigación de la Prevención de Stanford, citado en un reportaje del The New York Times confirma la importancia del consumo de alimentos enteros, y no de sus versiones procesadas. Es decir, que es mucho más beneficioso comer soya, avena y almendras que beber sus emulsiones dado que cuando se hacen, se eliminan algunos de los nutrientes.
En la misma nota se destaca la especial atención que debemos poner en la lectura de etiquetas, pues las versiones con sabores añadidos, como “vainilla” o “avellana” suelen contener una cantidad de azúcar añadido que podría compararse con un postre, sin contar otras sustancias que también pueden resultar dañinas.
Siempre es recomendable ver en las etiquetas que la lista de ingredientes sea lo más corta posible. Por ejemplo, la leche es solo leche. Puede estar tratada con pasteurización o esterilización, mientras que los substitutos pueden tener entre cinco y diez aditivos como azúcar, aceites, calcio, agentes para espesar o para mejorar la calidad y el color, de manera que lo recomendable es verificar el contenido de azúcares, y otras sustancias. Además, es importante que sean libres de OGM (organismos genéticamente modificados)”, afirma De Jongh.
Con respecto al aporte de proteínas, sus aportes son generalmente bajos. La leche de almendra contiene 0,6 g cada 100 ml; las de avena, arroz y avellana contienen 0,3 g por cada 100 ml; la de soya contiene 3,3 g por cada 100 ml; mientras que la leche de vaca contiene 3,4 g de proteína por cada 100 ml.