VERÓN. Los nuevos hábitos de vida y la incorporación plena de la tecnología audiovisual en nuestras vidas, hace que cada vez más la población sufra problemas de visión y vea perjudicada su calidad de vida dificultando las tareas más cotidianas. Es por esto por lo que un seguimiento continuo de nuestro estado de visión por una clínica de oftalmología a es imprescindible para llevar no sólo una vida normal, sino una vida plena.
Durante los primeras semanas después del nacimiento, y en especial para los partos prematuros, los recién nacidos deben hacer su primera visita al oftalmólogo para comprobar la buena formación del ojo en cuanto al tamaño y al color.
Se recomienda que antes de los 5-6 años de edad, el niño visite al oftalmólogo para, aparte de comprobar el correcto desarrollo del ojo, para el diagnóstico de algún posible defecto visual, siendo los más comunes los errores refractivos, el estrabismo o la ptosis.
Cuando el niño haya dado sus primeros pasos en el difícil camino de la pubertad, se recomienda visitar al oftalmólogo cada 2 años en el caso de que padezca algún defecto visual, y cada año en caso de ser diabético.
Durante la edad adulta hasta los 40 años aproximadamente, se debe visitar a su oftalmólogo en intervalos de 5 años. Aunque en este caso, los expertos afirman en hacer un examen completo antes de los 30 años, y otro antes de los 40.
Desde los 40 hasta la edad de jubilación, la vista cansada, entre otros problemas visuales, llegan para quedarse. El desarrollo de este tipo de patología hace que los especialistas recomienden hacer una revisión de entre 2 a 4 años cada vez.
A los 65 años, los defectos visuales se agravan y resulta prácticamente imprescindible realizar un examen cada año, con el objetivo de detectar futuros problemas como la degeneración macular, cataratas entre otros.
Fuente externa.