Caso calamar no es político ni se sabe a quién beneficia a un año para comicios
Danilo Cruz Pichardo
Los cuatro grandes casos de corrupción pública conocidos por el presente Ministerio Público se caracterizan por la profesionalidad y descansan en un enorme sustento de pruebas irrefutables, por lo que hablar de “persecución política” es un pretexto infeliz, propio de personas fanáticas políticamente, que colocan la pasión por encima de la razón y, consecuencialmente, no se detienen (porque no les interesa) a estudiar expedientes.
Sin embargo, no todos son fanáticos. Muchos están conscientes que los delitos imputados descansan en la verdad, pero los intereses que representan los lleva a pretender “tapar el sol con un dedo”, en un ejercicio de politiquería, revelador de carencia de ética. Y llegan al extremo de expresar que las detenciones del caso Calamar obedecen a un plan del presidente Abinader y el PRM. Eso es cien por ciento falso, porque se trata de un entramado criminal que involucra a actores de otras organizaciones, incluyendo a gente del propio PRM.
Se sabe que fue el presidente que designó a los principales funcionarios del Ministerio Público, al cual, de forma pública, calificó de independiente y otorgó poder para actuar en apego a su conciencia. Y desde ese momento la Procuraduría ha sido, para muchos analistas independientes, el punto más luminoso de la presente administración. Pero todo el que está informado del acontecer político sabe que el jefe de Estado está posiblemente muy arrepentido de ese paso, porque pudo haber “afilado cuchillo para su garganta”.
Pensar que la doctora Miriam Germán recibe línea del Poder Ejecutivo es un yerro, porque esa señora no tiene compromiso político con ningún sector, estuvo vinculada a la judicatura desde el año 1974, cuando se inició como jueza de paz, llegando a ser miembro de la Suprema Corte de Justicia del 2012 hasta el 2019, cuando el Consejo Nacional de la Magistratura la excluyó de la Suprema Corte de Justicia, en una jugada que le atribuyen a Jean Alain Rodríguez y al presidente de la República, a la sazón Danilo Medina.
Asimismo, Yeni Berenice Reynoso fue fiscal del Distrito Nacional durante el período 2011-2020, pero ya antes había sido fiscal por Santiago, designada por el doctor Leonel Fernández. En ambos cargos se ganó el reconocimiento de esas demarcaciones geográficas. Originalmente se le vinculó al PLD, pero siempre mostró profesionalidad y un ejercicio independiente. El doctor Wilson Camacho, por su parte, se inició como fiscal en Moca, en el año 2004, también bajo el Gobierno del doctor Leonel Fernández. Al igual que a Yeni Berenice se le atribuye contar con buena preparación profesional.