RINC�N HIST�RICO Antonio Cedeño Cedano (Macho), redaccion@editorabavaro.com
El licenciado Félix W. Bernardino adquirió una finca con una casa campestre de concreto, sembrada de hierbas de guinea, arboles frutales, y la estaba convirtiendo en una finca cañera, haciendo surcos, aporcando y sembrando cañas de azúcar.
Separando los carriles, para poder acarrear las cañas cuando tuviera en sazón, en el Cruce de Pavón, que perteneciera al hacendado don Evangelista Espinosa y los potreros que no sembrarÃa de cañas, los estaba remozando con empalizadas y alambradas nuevas; porque en esos dÃas regresó del exterior donde era jefe del caliesaje trujillista y embajador. Un domingo, en la gallera del Cruce de Pavón, apostó una suma de dinero contra un gallo giro, del afamado gallero Francisco -Nono- Torres, perdiendo la pelea; habilidosamente abandonó la gallera, sin que nadie supiera para donde habÃa emigrado, pues MatÃa de la Rosa, su capataz, se habÃa marchado, conjuntamente con el jugador Félix W.
Bernardino.
Dos domingos después, para sorpresa de Francisco -Nono- Torres, se apareció pidiéndole excusas, saldando la deuda contraÃda e invitándole a visitar su residencia donde libaron del dios Baco su mejor cosecha y el más ambarino color, y como dijo â?? Nono Torres- , ya que se le conocÃa por su apodo. â??de más exquisito saborâ?. Terminada la fiesta de camaraderÃa y reconocimiento entre jugadores, don Félix W, Bernardino, comprometió a Francisco-Nono-Torres a invitar sus amigos y compañeros de lidia de gallos, para la gallera del Cruce de Pavón, el domingo subsiguiente, con tiempo suficiente para que no fallara en el convite que estaba planeando, donde le aguardaba un sancocho suculento de múltiples carnes procesadas y embustidas, envueltos en algunas botellas de whisky y vinos de la más antiguas cosechas para los que no gustaran o pudieran libar el néctar baquiano del alcohol, ya que el Licenciado Félix W. Bernardino habÃa vivido mucho tiempo en el extranjero y carecÃa de relaciones amistosas.