sábado, septiembre 7, 2024
InicioNacionalesSin justificación

Sin justificación

PUNTA CANA. En las últimas semanas, desde dos instituciones del Estado dominicano se denunciaron dos delitos de naturaleza sexual, presuntamente cometidos por servidores públicos. El primero fue Leonardo Faña, suspendido como director del Instituto Agrario Dominicano (IAD) en tanto se esclarece la querella en su contra por agresión sexual. El segundo fue Antonio Gómez Díaz, un funcionario de la Dirección General de Aduanas (DGA) acusado de violación sexual.

Tras el escándalo se ha entretejido un debate, sobre bases especulativas, acerca de quién debería arrastrar con la culpa. ¿El hombre en su condición irracional de satisfacer una necesidad sexual disfrazada de bondadosa amistad? o ¿la mujer en el supuesto intento de escalar hacia una mejor posición laboral, a través de artimañas seductoras a las que luego no responde? En este punto es necesario aclarar lo que dice el Código Penal de la República Dominicana al respecto: â??se constituye una agresión sexual toda acción sexual cometida con violencia, constreñimiento, amenaza, sorpresa, engaño; y se constituye acoso sexual toda orden, amenaza, constreñimiento u ofrecimiento destinado a obtener favores de naturaleza sexual, realizado por una persona (hombre o mujer) que abusa de la autoridad que les confieren sus funcionesâ?.

En ambos casos tales prácticas son castigadas con hasta 20 años de cárcel, tomando en consideración una mayor pena, si es cometido por una persona que tenga autoridad sobre la víctima, o haya abusado de la autoridad que le confieren sus funciones. Dicho esto, más allá de las especulaciones sobre el tema, las disposiciones jurídicas no abren una brecha a la justificación, sin excepción de las circunstancias que lleven a cometer dichos delitos, ya que se trata de transgresiones que vulneran la integridad de las personas expuestas en tales escenarios.

LAS INSTITUCIONES

Aparte de lo expuesto, otra variante existente dentro de este debate son las instituciones. ¿Están estas a espaldas de políticas y campañas de formación constante al respecto? Al margen del contexto salta la preocupación cuando un delito de carácter sexual es cometido desde un espacio destinado al servicio de la nación. Sobre todo llama la atención, cuando es cometido por alguien que represente la máxima autoridad en el ejercicio de sus funciones, lo que pone en entredicho las acciones de los organismos públicos en contra de tales sucesos. Conforme con ese desasosiego, aunque no vinculado con las organizaciones que conforman el Estado, la primera dama de la República, Raquel Arbaje, al ver el panorama aseguró haber profundizado sobre el asunto y caer en cuenta que â??quedan destellos de atrasos. Debemos enseñar el respeto en casa y escuelaâ?, continuó escribiendo en Twitter.

MARCHA ATRÁS

Por el momento queda también en el aire la marcha hacia atrás de la supuesta víctima. María Isabel Flores Encarnación, gerente financiera del IAD, retiró su denuncia contra el director de esta institución, Leonardo Faña. Esto luego de asegurar ante una Unidad de Atención y Prevención de la Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales del Ministerio Público, que había sido agredida sexualmente por Faña, quien presuntamente tocó y besó su cuerpo de manera inapropiada, cuando esta se encontraba sin el pleno uso de sus sentidos vitales. Luego de esas declaraciones se desconocen las razones exactas por las que Encarnación desestimó la querella.

Esta acción cuestiona la veracidad de la denuncia. Si no era cierto cuáles eran sus verdaderas intenciones. Y si era cierto, ¿qué la llevó a retirar su queja ante la Justicia? Presión, miedo, amenazas, dineroâ?¦ En lo que se resuelve la incógnita, pese al desistimiento de la acusación contra Faña, José del Carmen Sepúlveda, el procurador titular de la corte del Distrito Nacional donde se acogió la denuncia, recordó que â??el Ministerio Público debe perseguir de oficio todos los hechos punibles de que tenga conocimiento, siempre que existan suficientes elementos fácticos para verificar su ocurrencia.â? Es decir, que se seguirá investigando al respecto, hasta que todo sea totalmente esclarecido.