SANTO DOMINGO. Mientras inicia la conferencia climática de la ONU (COP26), organizaciones caribeñas empujan dos prominentes iniciativas en combustibles fósiles, derechos humanos y cambio climático:
- 1. 32 redes y organizaciones del Caribe, de 9 países, han lanzado una Declaración por un mar Caribe libre de petroleras. Apoyan 18 instituciones y redes internacionales.
- 2. De forma reciente, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se celebró la audiencia pública Impacto de las Industrias Extractivas en Derechos Humanos y Cambio Climático en el Caribe.
La extracción de hidrocarburos en la región implica una alta conflictividad y serios impactos ambientales. Guyana avanza en la explotación a gran escala, a pesar del mayor conocimiento del riesgo ambiental incurrido. Bahamas, Colombia o República Dominicanabuscan explorar, a pesar de numerosas inconsistencias señaladas en el otorgamiento de concesiones y supuestos beneficios económicos. Mientras que, por otro lado, han afianzado su posicionamiento contra este tipo de energías; Belice prohibió la actividad costas afuera, y Costa Rica, donde ya existe una moratoria desde 2011, debate en el Congreso prohibir toda exploración y explotación.
Existe consenso científico que la extracción de combustibles fósiles no es sustentable. Asimismo, expertos señalan que las recurrentes crisis económicas en la región no encontrarán solución en la industria petrolera y gasífera. El Caribe es una de las zonas con mayores impactos por cambio climático, con incrementos de nivel del mar hasta mayor incidencia de eventos extremos. A esto se debe sumar los riesgos locales y regionales de la extracción de hidrocarburos, que impactarían de forma directa en el sustento de vida de comunidades locales, como son el turismo y la pesca.
Ante este escenario, la Declaración y la audiencia pública en la CIDH señalan la urgencia que tienen los combustibles fósiles y cambio climático para las organizaciones de la región, como también la importancia de sus perspectivas en los debates globales.
La Declaración está firmada por organizaciones y redes de Bahamas, Belice, Colombia, Costa Rica, Haití, Honduras, Jamaica, Puerto Rico, y República Dominicana. Cuenta con el apoyo de instancias latinoamericanas como Oilwatch y la Asociación Interamericana de Derecho Ambiental, e internacionales como Greenpeace y el Center for International Environmental Law.
La Declaración llama a países y organismos multilaterales del Caribe a dejar el petróleo y gas en el subsuelo. Para esto se debe priorizar una moratoria sobre nuevos pozos e infraestructura, reparar pasivos sociales y ambientales, incrementar y cooperar en medidas de mitigación de daño y regulación, revisar y transparentar contratos. La Declaración establece que, con plena garantía y protección a los derechos humanos, estos pasos son necesarios hacia matrices energéticas y productivas sustentables y justas.
Enrique De León, vocero del Comité de Lucha contra el Cambio Climático de República Dominicana, dijo que “los pueblos caribeños debemos preservar nuestro mar del impacto negativo de la exploración y explotación de los hidrocarburos, y defender nuestra soberanía sobre nuestros territorios y recursos naturales, amenazada por las empresas petroleras con contratos leoninos”.
Por su parte, la audiencia en la CIDH pidió un enfoque basado en derechos para la extracción de combustibles fósiles y el cambio climático. En la solicitud escrita se solicitó a la Comisión que instara a los Estados del Caribe a «adoptar medidas concretas y eficaces para poner fin a las actividades que agravan la crisis climática y amenazan el disfrute efectivo de los derechos humanos, como la extracción de combustibles fósiles». En la audiencia, Malene Alleyne, expresó su preocupación por la expansión de la exploración y extracción de petróleo en el Caribe, afirmando que los combustibles fósiles «están incrementando la crisis climática, que amenaza la supervivencia misma de las islas del Caribe». La Comisión y la Relatora Especial sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Medioambientales destacaron «la importancia de un enfoque de derechos humanos para enfrentar el cambio climático y las actividades extractivas; y la relevancia de implementar medidas para garantizar los derechos de la población con un enfoque intercultural».
La declaración se emite durante la cumbre climática de las Organizaciones Unidas en Glasgow, donde uno de los temas centrales son los combustibles fósiles. Ejemplo de esto es la iniciativa impulsada por Costa Rica y Dinamarca Beyond Oil & Gas Alliance, que agrupa a jurisdicciones que han puesto fecha para el fin de la extracción.