PUNTA CANA. Nacido en el seno de una familia española de origen humilde, a la edad de quince años fue enviado por sus padres a Inglaterra vía Nueva York para que completase sus estudios; desde allí pasó a Francia y posteriormente a España.
En Europa, convulsionada en aquellos tiempos por el romanticismo, el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico, se impregnó de los ambientes revolucionarios de la época. Juan Pablo Duarte fue testigo de los nuevos regímenes de libertades y derechos surgidos tras la Revolución Francesa; mostró especial interés por los cambios producidos en Alemania y en Francia, pero sobre todo por los acontecimientos de España y las reformas que habían intentado introducir las Cortes de Cádiz. De su etapa en España se sabe que residió en Barcelona, donde es posible que estudiase derecho.
Fue entonces cuando comenzó a perfilarse su ideario político, en el cual el nacionalismo y el liberalismo se fundían sobre un fondo romántico: Juan Pablo Duarte entendió que el pueblo dominicano poseía una identidad propia y tenía derecho a la independencia política. Alcanzada ésta, y conforme al pensamiento liberal, la nación debía organizarse sobre la base del institucionalismo de la democracia representativa. En 1833 regresó a su país dispuesto a llevar a la práctica estas ideas.
La antigua isla de La Española, actualmente isla de Santo Domingo, había sido colonizada por los españoles, que, poco interesados en ella, cedieron a finales del siglo XVII la mitad occidental de la isla (el actual Haití) a los franceses. Los movimientos independentistas, iniciados con el siglo XIX, habían sufrido numerosos vaivenes. En 1821, cuando Duarte era todavía un un niño, José Núñez de Cáceres, proclamó la independencia de la mitad oriental de la isla (actual República Dominicana). Pero el nuevo Estado fue ocupado y sometido un año después por Jean-Pierre Boyer, presidente de Haití, que había alcanzado la independencia de Francia muchos años antes.
La Trinitaria
A diferencia, pues, de otros libertadores, Juan Pablo Duarte no había de luchar contra una metrópoli europea para lograr la independencia de la antigua parte española de la isla, sino contra la dominación haitiana. Fue en el seno de la clase media urbana donde los planteamientos de Duarte encontraron mayor eco. Pero, por aquel entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos dirigentes se hallaban conformes con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años, su cooperación.
A medida que iba ensanchándose el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible crear una organización que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los Carbonarios, asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así surgió la sociedad La Trinitaria (1838), cuyo objeto era liberar al país del dominio de Haití. El lema de esta sociedad fue «Dios, Patria y Libertad». Luego surgió la sociedad La Filantrópica, que realizó una importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales.
Junto a otros promotores de la idea de liberación de lo que sería la nación dominicana, Duarte hizo lo que estuvo a su alcance para lograr el sueño de patria libre, vendió sus propiedades, tocó puertas, fue la bujía inspiradora para la fundación de la República Dominicana, sueño que se materializó el 27 de febrero del 1844.
¡Loor a Juan Pablo Duarte, visionario y padre de la patria!
Extraído de Biografías y Vidas