sábado, noviembre 23, 2024
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Perú: próximo presidente podría enfrentar una difícil relación con el Congreso Nacional

PUNTA CANA. En los últimos 5 años, los ciclos de vacancia y disolución entre el Congreso y el Ejecutivo han marcado a la política peruana. Todo indica que en el nuevo Poder Legislativo que se instale en julio también habrá conflicto con quien sea que presida el país suramericano. Y es que ni Pedro Castillo ni Keiko Fujimori, los dos rivales por la presidencia en segunda vuelta, tendrán mayoría suficiente en el Congreso para tener una relación plácida con el Legislativo peruano.

La tanda de disputas empezó con el Congreso y el Ejecutivo elegidos en 2016. Durante su gestión, el Parlamento presentó dos mociones de vacancia (destitución) contra el presidente de ese entonces, Pedro Pablo Kuczynski, y forzaron su renuncia en marzo de 2018, en medio de acusaciones de supuestamente haber recibido sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.

El sucesor de Kuczynski, Martín Vizcarra, disolvió el Congreso en septiembre de 2019 y convocó a elecciones parlamentarias. El nuevo Congreso elegido en enero de 2020 presentó dos mociones de vacancia contra Vizcarra: rechazaron la primera y finalmente aprobaron la segunda. Vizcarra salió de Palacio de Gobierno, fue reemplazado por Manuel Merino y luego de duras protestas en las que murieron dos jóvenes, asumió Francisco Sagasti.

Uno de los últimos episodios de esta relación conflictiva entre el Ejecutivo y el Legislativo ocurrió la semana pasada, aunque sin mayores consecuencias que unos minutos de incertidumbre. Un congresista presentó una moción de vacancia contra el presidente Sagasti pero sus colegas parlamentarios rechazaron admitirla a debate.

Según el conteo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), diez bancadas formarán el Parlamento, el mayor número de agrupaciones que entran al mismo tiempo al legislativo en los últimos 15 años. La fragmentación en sí ya es un problema, pero puede que esta división aumente con el tiempo.

En congresos anteriores, incluido el actual, algunos parlamentarios han abandonado sus bancadas y han terminado formando grupos adicionales. La fragmentación no es el único problema que enfrentará el próximo Congreso, pues los fantasmas de la vacancia del Ejecutivo o la disolución parlamentaria seguirán rondando.