PUNTA CANA. Su cometido hasta ahora era vigilar la vestimenta de las personas y detenía sobre todo a las mujeres que no se cubrían de acuerdo con los códigos dictados por el sistema de la República Islámica.
Los agentes de la moral y las mujeres vestidas con el estricto chador negro que durante años se han ubicado en lugares céntricos de las grandes ciudades, acompañadas por hombres y siempre increpando a las jóvenes por su vestir, desaparecieron por arte de magia hace tres meses cuando arreciaron las protestas por la muerte de la joven de 22 años, Mahsa Amini, dos horas después de haber sido capturada por una patrulla de la hoy desgraciada Ghasht-e Ershad, la policía de la moral.
“La policía de la moral no tiene nada que ver con la justicia y ha sido suspendida por la misma institución que la fundó”, ha dicho el fiscal general Mohamed Jafar Montazari, nada menos que en Qom, el centro del islam chií en Irán.