EFE
MIAMI. El huracán Larry, el quinto de este año en la cuenca atlántica, avanza por el Atlántico en dirección noroeste y se espera que pase este jueves cerca de las islas Bermudas, que están ya bajo vigilancia de tormenta tropical.
El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. situó a Larry a las 11.00 horas de Miami (15.00 GMT) a unas 780 millas (1.255 kilómetros) al sureste de las islas Bermudas. Este “gran huracán”, como lo denomina el NHC en su boletín, presenta vientos máximos sostenidos de 115 millas por hora (185 km/h), correspondientes a la categoría 3 (de un total de 5), y se mueve a 9 millas por hora (15 km/h).
Este miércoles mantiene el rumbo actual, pero el jueves, cuando se espera que pase por el este de Bermudas, girará hacia el norte-noroeste o el norte y su velocidad de traslación se acelerará. El NHC pronosticó un debilitamiento gradual de los vientos de Larry, que actualmente se extienden hasta 70 millas (110 km) de su centro los que tienen fuerza de huracán y hasta 185 millas (295 km) del centro los que tienen fuerza de tormenta tropical.
Desde el miércoles por la tarde las Bermudas pueden estar bajo condiciones de tormenta tropical, mientras que la marejada generada por el huracán va a seguir afectando a las Antillas Menores, parte de las Mayores, Bahamas y Bermudas esta semana.
El fuerte oleaje llegará a alcanzar la costa este de EE.UU. y de Canadá también.
El NHC muestra también en sus gráficos de hoy una perturbación meteorológica situada en el Golfo de México, que se desplazará esta semana hacia la Florida y la cruzará camino del Océano Atlántico, donde no se descarta algún tipo de desarrollo ciclónico posterior.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA, en inglés) pronostica que la actual temporada ciclónica en el Atlántico va a tener una actividad por encima de la media. En lo que va del año se han formado cinco huracanes en la cuenca atlántica, Henri, Grace, Elsa, Ida y Larry. Ida alcanzó la categoría 3 de intensidad de la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5, y provocó grandes daños en el Caribe y Estados Unidos. En EE.UU. se calcula que medio centenar de personas fallecieron como consecuencia de Ida.