WASHINGTON (AP). El gobierno de Estados Unidos ha accedido a proveer ayuda humanitaria a familias afganas que viven en la pobreza mientras que se niega a reconocer el nuevo mandato de los talibanes cuando el país se encuentra al borde de un desastre económico.
Así lo anunciaron autoridades afganas al finalizar la primera reunión entre los dos países desde la salida caótica de las topas estadounidenses en agosto.
El anuncio de la parte norteamericana fue menos definitivo, solo dejando saber que ambas naciones discutieron la posibilidad de proveer ayuda humanitaria directamente a los ciudadanos afganos.
Los talibanes de su parte dijeron que la reunión celebrada en Doha, Qatar, “fue buena”, y que Washington aceptó liberar la ayuda humanitaria a los afganos después de acordar que no relacionarían esta asistencia con un reconocimiento formal del nuevo gobierno.
Estados Unidos dejó claro que las conversaciones no representan un reconocí de los Talibanes, quienes tomaron el poder el 15 de agosto luego de un colapso del gobierno aliado a los norteamericanos.
El vocero del departamento de Estado de los Estados Unidos, Ned Price, calificó esta discusión como “cálida y profesional”, con el gobierno estadounidense reiterando su posición de que los talibanes serán juzgados por sus acciones, no solo por sus palabras.
El delegado dijo que los Estados Unidos están enfocados en la seguridad y en la seguridad de los ciudadanos norteamericanos, así como de otras naciones, así como en los derechos humanos incluyendo la participa significativa de las mujeres y niñas en todos los aspectos de la sociedad afgana.
De su parte, el vocero del gobierno Taliban, Suhail Shaheen, también señaló que el ministro de Relaciones Exteriores aseguró a los Estados Unidos durante la reunión que los talibanes se han comprometido a que el combustible afgano no sea usado por grupos extremistas para lanzar ataques terroristas a otros países.