VERÓN. La visita del papa Francisco a Chipre y Grecia estos días, en la que ha reclamado a la Unión Europea un mejor trato a los refugiados, ha dado para mucho. En su vuelo de vuelta este lunes, el pontífice ha charlado con los periodistas, y ha defendido al ya exarzobispo de París, Michel Aupetit, del que aceptó su renuncia por haber mantenido una relación impropia con una mujer.
Pero, además, ha lanzado una crítica bastante clara a Europa por pretender eliminar la palabra “Navidad” en sus felicitaciones de las fiestas. Esta sugerencia aparecía en un documento interno de Bruselas que finalmente fue retirado. Francisco lo ha considerado un “anacronismo”, y ha dicho más. “Piensa en Napoleón: a partir de ahí… Piensa en la dictadura nazi, en la comunista… es una moda de un laicismo aguado, agua destilada… Pero esto es algo que no ha funcionado durante la historia”, señaló el papa en su viaje de vuelta a Roma.
El papa ha añadido que esto le hace pensar que hay que tomar los “ideales de grandeza” de los padres fundadores de la UE y estar atentos a no hacer el juego a las “colonizaciones ideológicas”. “Esto podría acabar dividiendo a los países y [hacer] fracasar a la Unión Europea”, ha advertido el pontífice.
El papa Francisco ha reiterado que “la Unión Europea debe respetar a cada país tal y como está estructurado en su interior”, sin pretender “uniformar”. Finalmente, ha dado un voto de confianza a la UE: “Yo creo que no lo hará, no era su intención, pero tener cuidado, porque a veces vienen, y lanzan proyectos como este y no saben qué hacer”, dijo Francisco.