MÉXICO. Tras la decisión de la suprema corte mexicana sobre la despenalización de la interrupción del embarazo, el pais latinoamericano se encuentra dividido entre quienes defienden los derechos de la mujer y quienes se oponen de manera rotunda al aborto.
En tal sentido, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, se rehusó a fijar postura frente a la decisión de los magistrados de las altas cortes.
«Yo lo que opino es de que es una decisión del poder judicial de la Suprema Corte que fue prácticamente unánime, que debe de respetarse, que no debemos nosotros, en mi caso, tomar partido porque hay posturas encontradas», dijo el mandatario.
Por otra parte, representantes de la iglesia, a través del vocero de la Diócesis de Torreón, en Coahuila, estado donde inició la controversia, dice que respeta el derecho de las mujeres de hacer con su cuerpo lo crean pertinente, pero no en casos cuando se trata de la vida de un tercero.