El Senado brasileño ha aprobado una enmienda constitucional que endurece las leyes contra la posesión de drogas, marcando un cambio significativo en la política de drogas del país. Esta medida, que introduce la criminalización universal de la posesión de estupefacientes sin importar la cantidad, desafía los debates sobre la despenalización del cannabis que se están llevando a cabo en la Corte Suprema.
Dicha reforma, propuesta por el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, fue respaldada por una mayoría conservadora en la Cámara Alta, con 53 votos a favor y nueve en contra. Ahora, el proyecto pasará a debate en la Cámara de Diputados, donde se espera una discusión intensa sobre sus implicaciones.
La propuesta ha generado un intenso debate en Brasil, donde la violencia relacionada con el narcotráfico es un problema persistente, especialmente en áreas urbanas como Río de Janeiro y Sao Paulo.
Algunos políticos sostienen que la medida es necesaria para combatir el financiamiento ilegal de armas por parte de los usuarios de drogas, mientras que organizaciones de derechos humanos la han condenado como un «retroceso gravísimo» que podría tener consecuencias devastadoras para los derechos humanos en el país.