PUNTA CANA. 4.3 billones de dólares gasta Colombia por efectos del cambio climático, según expuso este país, en la cumbre climática de la ONU, que se realiza en Egipto.
La cifra revelada por primera vez para Colombia, durante la cumbre climática de la ONU (COP27) es el resultado de un informe sobre el cálculo de daños y pérdidas por cambio climático que lideró el Ministerio de Ambiente y su estrategia Climática de Largo Plazo de Colombia (E2050).
También un grupo de científicos climáticos de alto nivel participa en la COP27, revelando los embates del cambio climático contra economías emergentes.
“No se puede negociar con el planeta, recordó un grupo de científicos climáticos de alto nivel en la COP27, en la que se avisó de nuevos riesgos y de los “cambios estructurales y rápidos” que habría que dar para no superar el 1,5 ºC de calentamiento, algo que “no es un objetivo, es un límite físico”.
Esas fueron las palabras que empleó Johan Rockstrom, director del Potsdam Institute for Climate Impact Research, en su presentación en la cumbre del clima de Sharm el Sheij de las diez nuevas valoraciones científicas con las que los especialistas aspiran a orientar a los negociadores para acelerar la mitigaci’on y la adaptación climática.
El documento, hecho público en el día dedicado a la Ciencia en la COP27 -además de a la Juventud-, recoge las principales amenazas que plantea la crisis climática, por ejemplo, para la salud, pues “decenas de miles de personas están muriendo por el cambio climático”, subrayó la experta de la Universidad de Washington Krisie Ebi.
“Tenemos que poner la salud humana y el bienestar en el centro de las negociaciones”, sentenció Ebi, quien también forma parte del consejo de gobierno del programa de investigación Future Earth.
“Tenemos evidencia científica de que los impactos del cambio climático en la salud están esparcidos y crecen con rapidez”, explicó Rockstrom, no sólo refiriéndose a los efectos del calor extremo, sino también al aumento de enfermedades infecciosas, como el cólera, que entidades como la Organización Mundial de la Salud han relacionado a las consecuencias del calentamiento global.
También las migraciones y la seguridad están incluidas entre las mayores preocupaciones de los expertos en clima, ya que “el cambio climático es un amplificador de conflictos” y de desplazamientos forzosos, según han trasladado en múltiples ocasiones.
Los especialistas aseveraron que “hay que cambiar el enfoque actual respecto a la adaptación” para fortalecer un «desarrollo resiliente ante la crisis climática», pero apuntaron que “bajo ninguna circunstancia puede la adaptación sustituir a la mitigación”.
El secretario general de la ONU para el Cambio Climático, Simon Stiell, también intervino en la sesión para recalcar que “la capacidad de adaptarse al cambio climático no es ilimitada” y “no prevendrá las pérdidas y daños que ya hemos visto”.
El trabajo presentado este jueves es producto de la “frustración” de los científicos, admitieron a la prensa, dada la falta de financiación y acción climática consecuente con los datos, tanto desde espectro político y público como desde el sector privado.
El sector financiero, en concreto, es uno de los causantes de la “decepción científica” a la que se refirió Rockstrom, quien enfatizó que, si el mundo quiere frenar a tiempo el calentamiento y evitar sobrepasar los puntos de inflexión irreversibles -a partir de los cuales sería imposible sortear las peores consecuencias de la crisis climática-, no se puede superar el grado y medio de calentamiento desde los niveles preindustriales, para lo que hacen falta “cambios estructurales y rápidos”.
El científico incidió en que estos son «límites físicos» del planeta, con los que «no se puede negociar», y recuperó las palabras del economista británico Nicholas Stern, autor del informe que ya en 2006 advirtió que “el cambio climático causado por el hombre es el mayor fracaso del mercado”.
“Las prácticas financieras privadas sostenibles no consiguen catalizar una transición profunda”, lamentó Rockstrom, en tanto que “siguen operando dentro del actual sistema” y sin “cambiar los flujos financieros a la escala y el ritmo que requiere descarbonizar la economía».
Los expertos defendieron la necesidad de proteger el suelo intacto y la biodiversidad, además de reparar a los países más vulnerables por las pérdidas y daños que ya ha ocasionado el cambio climático y de redirigir el foco de la planificación económica, alejándola de los indicadores de crecimiento hacia los medidores de bienestar.
Un tercio de la población mundial ya vive en regiones en riesgo de inestabilidad social y está amenazada por los efectos del calentamiento global, adujeron los científicos, para avisar de que esa cifra se podrá duplicar si no se toman a tiempo las medidas necesarias para contener el aumento de temperatura media del planeta bajo el umbral de seguridad del 1,5 ºC, como contempla el Acuerdo de París.
Las bases de este estudio se concentraron en desastres naturales derivados de los fenómenos de variabilidad climática cada vez más fuertes por los cambios en el clima. En ese sentido, se estima que para las inundaciones en Colombia la pérdida anual esperada es de $392.809 millones. Por su parte, las pérdidas en torno a huracanes se proyectan en $5.729 millones; los deslizamientos en vías principales $187.365 millones; $22,889 en sequías y $4,033,871 millones en incendios forestales.
Las pérdidas estimadas según el reporte de la estrategia de largo plazo de Colombia, son el producto del análisis de situaciones generadas por el Cambio Climático, en los diferentes sectores de la economía, por ejemplo, las inundaciones afectan al sector salud, industria, comercio, transporte, energía, educación, agua y saneamiento, entre otros. Las sequías afectarían al sector agrícola, especialmente con productos como el maíz y el arroz; Los incendios forestales generarían perjuicios en los servicios ecosistémicos que brindan los bosques.
FUENTE ET