HIGÜEY. Las intensas lluvias registradas el pasado domingo 10 de este mes, alrededor de las 10:30 de la noche, dejaron un saldo devastador para varias familias del sector Mamá Tingó, en el callejón Palo Hincado, próximo al río Duey. La corriente arrasó con el suelo sobre el que estaban sus viviendas, dejándolas completamente destruidas y a decenas de personas sin un lugar seguro donde refugiarse. Freddy Guerrero, de 42 años, narró entre lágrimas cómo perdió todo.
“No nos dio tiempo a nada, ni siquiera pudimos sacar la cama o alguna otra cosa de la casa”, expresó mientras sostenía en brazos a su hija Marileisy, de dos años, junto a su esposa, María Elizabeth, de 22 años. Casos similares se repiten en el sector. Windry Elena Jiménez, de 30 años, madre de cuatro niños — Wendy, de 13; Wilfrer, de 12; y los mellizos Wilmer y Willer, de 5 años— mostraron su desesperanza ante la incertidumbre de su futuro.
Por su parte, Grileisy Guerrero, de 22 años, con su hijo Tayrón, de apenas 11 meses, preguntó al corresponsal si estaba allí para inscribirlos en algún programa de ayuda. La presidenta de la junta de vecinos Por la Fe Venceremos, Ingrid Santana Gil, denunció la ausencia de apoyo por parte de las autoridades gubernamentales. “Es triste y lamentable que, ante una situación donde 15 viviendas fueron arrasadas por el río y más de 75 personas quedaron a la intemperie, las autoridades no se hayan presentado.
La única que ha dado la cara es la alcaldesa Karen Magdalena Aristy, quien nos visitó el martes 12 con su equipo y distribuyó unas 120 raciones alimenticias cocidas”, declaró. Santana Gil exhortó al gobierno a los diputados y al senador de la provincia a actuar con solidaridad y dejar de lado la indiferencia hacia las familias afectadas. “El reto ahora es reubicar a estos grupos desamparados en un lugar seguro donde puedan vivir dignamente y educar a sus hijos”, manifestó.
DESPLAZADOS BUSCAN REFUGIO Entre los damnificados se encuentran María Esther Guerrero, Colón Rodolfo de la Cruz, Mercedes Germán Guerrero, Keneilis Pérez Germán, Keiny Pérez Mejía, Ruth Ester Guerrero, Wanda Mercedes, Esmil Camacho, Margarita Guerrero, Mario Ceballos, Yajaira Guerrero y Margarita Rua. Estas familias, conformadas mayormente por jóvenes padres de entre 22 y 38 años, están alojadas temporalmente en casas de familiares mientras esperan una solución definitiva.
La vulnerabilidad de estas comunidades es un problema que se repite cada temporada de fenómenos atmosféricos Muchos de los afectados residen en zonas propensas a inundaciones, como lo evidencian los casos de Villa Hortensia, un proyecto construido hace 28 años para reubicar a damnificados del huracán Hortensia. Aunque el proyecto fue diseñado para ofrecer seguridad, no ha podido cubrir la creciente necesidad de viviendas en lugares seguros.
LLAMADA URGENTE A LA ACCIÓN
La situación deja en evidencia la necesidad de políticas públicas efectivas que mitiguen los riesgos en comunidades vulnerables. Los directivos de la junta de vecinos enfatizaron que esta problemática no solo afecta a las familias en lo inmediato, sino que pone en riesgo el desarrollo de los niños y adolescentes, quienes constituyen la mayoría de los afectados. Por ahora, las víctimas esperan la intervención del gobierno encabezado por el presidente Luis Abinader, así como de organizaciones sociales, que puedan ofrecerles un techo y una oportunidad para reconstruir sus vidas. La historia de estas familias, que enfrentan el drama de perderlo todo, se convierte en un recordatorio de la urgencia de soluciones permanentes que les devuelvan la esperanza y la dignidad.
