miércoles, septiembre 18, 2024
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En lo que va de año La Altagracia registra 1,558 denuncias por violencia de género

HIGÜEY. Durante los primeros ocho meses de este año, de enero hasta agosto, la Unidad de Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales de La Altagracia ha registrado un total de 1,558 denuncias. Según las autoridades, esta cifra representa una reducción considerable en comparación con el mismo período del año anterior. En 2023, durante los primeros ocho meses, se reportaron 2,251 casos.

Esta disminución refleja un descenso en los incidentes de violencia de género de 693 casos, en comparación con el año anterior. Estos datos fueron ofrecidos a El Tiempo por la magistrada Adivy Yomarlis Cedano Santana, directora de la Unidad de Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales de La Altagracia.

La magistrada Magalis señaló que este resultado es positivo por las medidas preventivas y programas de concienciación implementados. EL DÍA A DÍA

Durante una reciente visita a la sala especializada, se observó una notable afluencia de personas presentando sus querellas, predominando mujeres jóvenes. La Unidad de Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales de Higüey recibe entre 15 y 20 denuncias diarias relacionadas con violencia de género.

Cedano Santana señala que este número puede variar según la época del año, con un aumento notable durante los meses de verano. La fluctuación en las cifras refleja tanto la incidencia del problema como la necesidad de continuar fortaleciendo las medidas de apoyo y prevención. Cedano Santana subraya la importancia de una respuesta efectiva y la colaboración entre todos los sectores de la sociedad para enfrentar y mitigar el impacto de la violencia de género.

Su labor en Higüey representa un esfuerzo constante en la lucha por los derechos de las mujeres y el bienestar de las familias en la región. Muchas de estas denuncias están relacionadas con amenazas y conflictos con sus parejas, lo que destaca la creciente preocupación por la violencia de género en la comunidad. Según Cedano Santana, el compromiso del Ministerio Público con la protección de los derechos de las mujeres es inquebrantable.

Al recibir una víctima de violencia de género, la primera prioridad es ofrecer protección y acogida. Esto implica hacer que la víctima se sienta valorada y asegurarle que denunciar el abuso es el paso correcto. Este apoyo no solo está dirigido a las mujeres afectadas, sino también a los menores de edad que puedan estar involucrados en la situación de violencia. La violencia de género, explica Cedano Santana, tiene un impacto devastador en toda la familia y la sociedad en general, incluyendo al agresor.

DESTACA AVANCES

La República Dominicana ha avanzado significativamente en la protección de las víctimas de violencia de género. Cedano Santana destaca que el país ha incorporado reformas sustanciales en sus leyes, abordando aspectos políticos, culturales y sociales para enfrentar este alarmante problema. El sistema de justicia y protección ha implementado diversas medidas y programas para ofrecer soporte a las víctimas y preservar los valores familiares.

No obstante, el enfoque debe mantenerse actualizado para adaptarse a una sociedad en constante evolución. La procuradora fiscal considera que el sistema de justicia ha establecido un sistema de alerta colectiva efectivo. Todos los actores del sistema están comprometidos en proporcionar una respuesta rápida y eficaz ante las denuncias de violencia. El acceso a las vías de denuncia es amplio, lo que permite que la voz de las víctimas sea escuchada y se actúe de manera inmediata para su protección. Este enfoque asegura que se ponga en marcha todo el sistema necesario para resguardar a las víctimas. Uno de los principales desafíos que enfrenta el sistema de justicia es la resistencia cultural de la sociedad.

Los prejuicios, la falta de sensibilidad y empatía, y la desintegración de la familia como núcleo social representan obstáculos significativos. Cedano Santana enfatiza la necesidad de continuar con acciones que promuevan el compromiso social, involucrando a autoridades, sociedad civil y comunidades en la creación de una cultura de amor, respeto e igualdad. Estas acciones deben fomentar una mayor conciencia de los valores cristianos y el amor al prójimo para superar estos desafíos.