PUNTA CANA. Ahora que el presidente Luis Abinader está tan empeñado en promover una revolución institucional en el ámbito público, sería oportuno que revise la distorsión que desde sus orígenes persiste en el organismo responsable de garantizar la protección de los turistas que visitan República Dominicana.
El Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur) o Policía de Turismo (Politur), todo depende del cristal desde el cual se mire este organismo, tiene más historias que un libro de cuentos, y ha mantenido enfrentados a policías y militares en una lucha cuerpo a cuerpo por adueñarse de su control.
UN POCO DE HISTORIA
En la página web www.cestur.gob.do aparece el dato de que la Policía Turística fue creada el 17 de junio del 1975, “funcionando como una dependencia de la Policía Nacional, denominada Inspectoría, con un total de 20 miembros y su asiento principal en el Aeropuerto Internacional de Las Américas. El 25 de octubre del año 1994, el entonces jefe de la Policía, la eleva a Departamento”.
Sin embargo, en ningún documento se registra que esa primera Policía Turística tuviera una estructura institucionalmente definida, con recursos propios o un plan estratégico acorde con la naturaleza de su misión.
Y aunque desde su nacimiento estuvo bajo el mando de la Policía Nacional, esa Policía Turística no tuvo repercusión, porque para el 1975 el turismo no era un área que ocupaba un sitial importante como fuente de ingresos para el Estado dominicano.
En el 1975, el extinto ex presidente Joaquín Balaguer gobernaba el último período de sus 12 años consecutivos en el poder, y concentró sus esfuerzos en fortalecer el aparato económico nacional con políticas de fomento al sector agropecuario, a la producción industrial y estímulo a la inversión extranjera.
Por esta razón, una Policía Turística no figuraba como preocupación de primer orden de aquellos años. Además, la propia Policía Nacional carecía aún de direcciones y departamentos que sí eran prioritarios para combatir el crimen y la delincuencia en sus distintas manifestaciones.
No fue hasta el 21 de diciembre del año 2000 cuando en definitiva se creó la Dirección General de la Policía de Turismo (Politur), mediante el decreto 1301-00, donde sí estaban contenidas las funciones inherentes a este organismo, así como la misión básica que habría de desempeñar.
“Se crea la Dirección General de la Policía de Turismo (Politur), la cual laborará en coordinación con la Secretaria de Estado de Turismo y las Fuerzas Armadas, así como la Jefatura de la Policía Nacional, y estará integrada por miembros de los institutos castrenses y la Policía Nacional”, señala el artículo primero de ese decreto.
…Y ASÍ INICIA EL PUGILATO
Ahora bien, como el decreto 1301-00 no le atribuyó a la Policía Nacional ni a las Fuerzas Armadas el control institucional de la Politur, el nombramiento de la cabeza de este organismo estuvo siempre precedido por intensos cabildeos entre la superioridad militar y policial para colocar en el puesto a uno de los suyos.
Esto en gran medida explica que la Politur haya tenido como directores tanto a generales y coroneles de la Policía Nacional como de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, de 13 directores designados desde su creación en el año 2000, solo cinco de ellos han sido oficiales de la Policía Nacional.
Cuatro años después de emitido el decreto 1301-00, el propio ex presidente Hipólito Mejía promulga la Ley Institucional de la Policía Nacional 96-04, el 28 de enero del 2004.
Esta ley hablaba de una Dirección Central de Policía Turística, pero inexplicablemente (al menos para consumo público), esa ley policial no definía funciones ni estructura a esa dependencia, como sí las tenía el decreto 1301-00, el cual se pensaba quedaría derogado por la Ley 96-04.
Inclusive, en toda la ley 96-04 sólo se hace mención una sola vez de esa Dirección Central de Policía Turística que nunca operó como tal dentro de la Policía Nacional, porque la Politur siguió operando bajo las directrices del decreto 1301-00.
Y así fue durante muchos años, hasta que en el 2013 las Fuerzas Armadas ganaron la persistente batalla por adueñarse de la Politur y convertirla luego en el Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur).
Para pesar de la Policía Nacional, a partir del 13 de septiembre del 2013, cuando fue promulgada la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (139-13), la Politur cambió al nombre de Cestur, porque fue incorporada como parte de los cuerpos especializados que se instituyen en el artículo 58 de esta legislación.
El paso y conversión de la Politur figura en el párrafo cuatro del artículo 58 de la Ley 139-13. “El Ministerio de Defensa tendrá bajo su dependencia directa las siguientes organizaciones o cuerpos, por la naturaleza estratégica que representan los mismos para la seguridad y defensa de la Nación. Estas son: 1) Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa). 2) Cuerpo Especializado para la Seguridad del Metro de Santo Domingo (Cesmet). 3) Cuerpo Especializado de Control de Combustibles (Ceccom). 4) Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur) (anterior Dirección General de la Policía de Turismo (Politur)”.
LA GRAN DISTORSIÓN
Las Fuerzas Armadas brindaron, rieron a carcajadas y bailaron el espuelazo que dieron a la Policía en su tenaz ofensiva para quedarse con la Politur y transformarla en uno de sus cuerpos especializados. Pero la cúpula militar no contaba con la astucia de la Policía Nacional, que desde su trinchera nunca se dio por vencida y siguió luchando por su Politur.
Tres años más tarde del bautismo institucional de Politur con el nombre de Cestur, el ex presidente Danilo Medina promulgó la nueva Ley Orgánica de la Policía Nacional (590-16), del 15 de julio del 2016.
La renovación de la ley policial trajo consigo, específicamente en el artículo 37 numeral 2, la disposición de crear una Dirección Central de Policía de Turismo, tal y como lo establecía la anterior ley 96-04.
Y no solo eso, sino que en sus “Disposiciones Finales” la ley 590-16 manda a derogar o dejar sin efecto “el Numeral 4, Párrafo IV, del Artículo 58 de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, No. 139-13, de fecha 13 de septiembre de 2013, que se refriere a la creación del Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur)”.
Aquí viene el lado intrigante de todo este asunto. Cinco años después de promulgada la nueva ley orgánica de la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas todavía mantienen vigente en su ley orgánica el artículo que le transfiere el derecho de comandar a Cestur, ignorando el mandato de dejarlo sin efecto, como dispone el artículo 37 de la Ley 590-16.
O dicho de un modo más simple: las Fuerzas Armadas siguen al frente de un organismo especializado de seguridad que legalmente ya no le pertenece.
EPISODIO RECIENTE
A raíz de la renuncia como director del Cestur del general Juan Carlos Torres Robiu, de la Fuerza Aérea de la República Dominicana, tras ser mencionado en el caso Operación Coral, el ministro de Defensa, teniente general Carlos Luciano Díaz Morfa, nombró de inmediato a un oficial de las Fuerzas Armadas como director interino.
El coronel paracaidista Roberto Acevedo Tejada, también de la Fuerza Aérea, fue el escogido para estas funciones. Una semana después, el mismo Díaz Morfa posicionó en el cargo al general de la Policía Nacional, Minoru Matsunaga.
Acorde a lo establecido en el citado artículo de la Ley 590-16, quien debió ejecutar esa designación fue el mayor general Edward Sánchez González, director general de la Policía Nacional, y no el ministro de Defensa.
No obstante la confusión suscitada (o calculada) acerca del control de este organismo, el nuevo titular de esta entidad llegó dispuesto a reivindicar la potestad que a fuerza de ley le corresponde a la Policía Nacional.
El pasado lunes 17, el general Matsunaga envió un memorándum a la plana mayor del organismo de seguridad, en la que ordena usar el nombre de Politur en vez del de Cestur.
“Por medio de la presente, se les instruye que a partir de esta la fecha se use el nombre de Dirección Central de Policía de Turismo, en todas las comunicaciones oficiales externa e interna con su logo, para dar cumplimiento al artículo 37, numeral dos, de la Ley número 590-16 Orgánica de la Policía Nacional”.