Los conflictos entre los distintos actores que intervienen en el sector salud son interminables, y cada día surgen nuevos episodios con desenlaces que en la mayoría de las veces afectan a cientos de miles de usuarios de esos servicios.
La clase médica entiende que sus reclamos de tener pagos dignos son más que justificados, y no pierden tiempo para hacer valer sus demandas mediante el mecanismo más devastador para los enfermos, que es paralizar sus labores hasta por 48 horas seguidas.
Cuando esto ocurre, mucha gente sufre por no recibir la asistencia necesaria. Esta forma
de protesta es el sello que identifica al Colegio Médico Dominicano (CMD) en sus luchas por mejores condiciones para sus profesionales.
En las clínicas, esas exigencias adquieren otra connotación, por ser un modelo de negocio distinto a los hospitales, aunque con el elemento común de que cada demanda o situación vinculada igualmente termina afectando a los usuarios.
Para muestra, basta la flagrante violación a la disposición emanada del Consejo Nacional
de Seguridad Social (CNSS), de prohibir el cobro de pago de dinero anticipado para asistencia médicas por emergencia.
Una prueba concreta de esta irregularidad la presenta la periodista Génesis Pache en una historia publicada en la presente edición de El Tiempo, donde desnuda el desacato a dicho mandato por prestadores de servicios médicos privados en la zona turística de Verón-Punta Cana.
Es un escenario que se vuelve cíclico, con los pacientes llevando la carga más pesada, sobre todo aquellos de escasos recursos económicos.