PUNTA CANA.- Tras el paso del huracán Fiona por nuestro territorio, con mayor énfasis por los pueblos de la región Este, nuestra mayor responsabilidad como Estado-Nación es regresar a la normalidad, como lo hicimos cuando fuimos atacados por la pandemia del covid-19.
Las distracciones en asuntos estériles y trivialidades que no aportan nada al desarrollo de ningún ámbito de la vida nacional, no puede ser el camino que debemos transitar para lograr objetivos comunes. La meta fundamental del Estado sigue siendo garantizar el bienestar de los ciudadanos, y este cometido invita a la participación activa y consciente de todos los sectores que compartimos esta media isla, sin importar banderías políticas ni credos religiosos.
Concentrar nuestros esfuerzos en la tarea conjunta de conseguir mejores condiciones de vida para todos, sumando voluntades y dejando a un lado prejuicios de cualquier índole, debe ser un compromiso compartido.
Las diferencias de criterio no pueden ser jamás obstáculo para conseguir fines de alcance colectivo, porque es una parte cardinal de los fundamentos de una sociedad abierta y plural, donde se consagra y respeta el derecho a decir y a disentir.
La actitud sabia e inteligente es reconocer que nos equivocamos, y que somos capaces de aprender de nuestros errores para volvernos un pueblo más fuerte y unificado, porque al final de cuentas somos dominicanos, y es lo que importa. Sigamos adelante, sin distraernos por cantos de sirena. Y transitemos juntos los senderos que habrán de conducirnos hacia la construcción de una sociedad más justa y próspera para todos.