La Altagracia celebra este 27 de febrero, Día de la Independencia Nacional, 51 años de haber sido proclamada provincia, lo que constituye un regocijo para el higüeyano y los habitantes de toda esta demarcación geográfica.
Sin embargo, es poco el avance que ha mostrado esta provincia con el devenir de los años, ya que en la casi totalidad de su municipio cabecera, así como en los adyacentes y distritos municipales, las precariedades forman parte del diario vivir.
Los altagracianos, que superan los 300 mil ciudadanos, carecen de los más básicos servicios sociales: centros apropiados de salud, agua potable, sistema de drenaje y alcantarillado, así como establecimientos educativos dignos.
Con la llegada de este nuevo aniversario, la comunidad altagraciana hace votos para que las autoridades gubernamentales, municipales y el empresariado fijen su vista en el desarrollo de esta pujante demarcación geográfica.
¡Enhorabuena altagracianos!
Asilo de ancianos
Visitar el Asilo de Ancianos Nuestra Señora del Carmen, donde residen unos 32 pacientes de la tercera edad, es encontrarse con una realidad que contrasta con los más sublimes valores de protección a los envejecientes.
Los ancianitos son cuidados y protegidos por la orden católica Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha (Sanchinas), quienes con amor y dedicación, pero sin presupuesto y en base a la caridad, hacen de tripas a corazón para que esos viejitos sientan la solidaridad humana.
La rectora del hogar, sor Siriaca Almonte, recientemente tuvo que endeudarse por RD$58 mil pesos para pagar el servicio a 10 mujeres que se encargan de la limpieza y otros oficios, lo que evidencia que los más pudientes de La Altagracia han dado la espalda y se han olvidado de la triste realidad que allí se vive.
Lo más penoso de este centro, es que a pesar de los esfuerzos de las religiosas, grupitos de mozalbetes desalmados y antisociales se han dado la tarea de penetrar por las noches a las instalaciones, desde la cual han sustraído calderos, envase de agua, cogines y otros elementos esenciales para el sostenimiento de los ancianos, por demás, abandonados allí por sus familiares.
Es hora de que juntos echemos una mirada al Asilo de Ancianos Nuestra Señora de Carmen.
Ese segmento vulnerable lo está pidiendo a gritos y es necesario que los higüeyamos respondamos a quienes fueron los jóvenes del ayer.