El anuncio del presidente Luis Abinader de retirar el proyecto de reforma fiscal fue recibido con entusiasmo por la población dominicana, debido al rechazo generalizado que generó desde un principio. Sin embargo, esta decisión no resuelve la necesidad urgente de financiar las operaciones del Estado, que enfrenta un déficit fiscal del 3.1% del PIB, lo que obliga al gobierno a buscar fuentes alternativas de recursos.
El reto principal sigue siendo cómo equilibrar las finanzas públicas sin imponer una reforma fiscal a corto plazo. En este contexto, la lucha contra la evasión fiscal se convierte en una prioridad compartida. La evasión en el pago del ITBIS, estimada en un 4.5% del PIB, es un ejemplo claro de cómo una recaudación más eficiente podría generar los ingresos necesarios sin recurrir a nuevos impuestos.
Otro punto crítico es el endeudamiento. Con una deuda pública consolidada en torno al 60% del PIB, varios sectores advierten que seguir financiando el déficit mediante préstamos externos no es sostenible a largo plazo. Esto añade presión al gobierno, que debe encontrar un equilibrio delicado entre buscar recursos y contener la deuda, para evitar comprometer la estabilidad macroeconómica.
Por lo tanto, el gobierno enfrenta el desafío de encontrar soluciones creativas para mantener el funcionamiento del Estado. Esto implica no solo atacar la evasión fiscal, sino también optimizar el gasto público, mejorar la eficiencia del aparato estatal y explorar vías alternativas de financiamiento, sin afectar la calidad de vida de la población.
