PUNTA CANA. El tema de la energía limpia requiere una mayor inversión para dar el paso cualitativo de descarbonizar. Así quedó establecido en el marco de las Reuniones Anuales 2024 de las Asambleas de Gobernadores del BID y de BID Invest, celebrado del pasado día 6 al 10, en Punta Cana. En el marco de este evento se discutió que el impulso de un nuevo sistema de producción energética requiere una transformación del portafolio de exploración y producción de combustibles de débil huella carbónica con una orientación a la economía circular, impulsando la generación de energía limpia.
Alejandra Bernal-Guzmán, oficial del Programa de América Latina y El Caribe de la Agencia Internacional de Energía, al introducir el tema de la energía limpia, consideró baja la inversión en este capítulo. Destacó que apenas un 15% de la inversión se está destinando a las economías emergentes, concentrándose la mayor parte de los recursos en las economías avanzadas y en China.
“Se calcula que las inversiones en el sector energético han crecido en un 40% en los últimos cuatro años, mientras que el total de inversiones en energía limpia apenas alcanza el 15%”, explicó Bernal. Al mostrar gráficos en torno a la citada inversión, en los que se revelan las cantidades que se destinan a los sectores de las energías renovables, eléctrico y de uso final como la industria y el transporte. “¿Qué es lo que requiere América Latina? América Latina requiere más y mejores inversiones y marcos habilitantes para que estas inversiones sean exitosas… Ya se está necesitando mayores inversiones con miras al 2030”, apuntó Bernal.
UNA CARRERA CONTRA EL RELOJ
Las fechas en las que esta experta entiende que deben aumentarse las inversiones son el 2030 y el 2050, lo que considera como un requisito indispensable para alcanzar el reto que los Países BID se han planteado para mejorar las condiciones climáticas del planeta. Según, Bernal hasta el 2022, en el marco de cumplimiento climático de la agenda de trabajo, la inversión verificada alcanzó más de US$50 mil millones de dólares.
Considera que al día de hoy esas inversiones deberían rondar los US$75,000 millones de dólares, por lo que entiende que el nivel de cercanía del 2030 y las bajas inversiones verificadas hasta ahora, hace imperiosa la necesidad de dar el gran salto, en el que se tienen que aumentar considerablemente las inversiones
No obstante, consideró que para lograr estos cambios hacia las fechas citadas es necesario que se cuadrupliquen. “Vemos que las inversiones deberán ser multiplicadas en 2.5% en el sector eléctrico, al 2050, y dentro del sector eléctrico, en lo que respecta a energías renovables la inversión deberá aumentar en un 70%”, analizó Bernal.
Resaltó que en la distribución y “en la transmisión tendrán que multiplicarse por siete estas inversiones”, sostuvo Bernal-Guzmán en la parte introductoria del seminario titulado “Transformar el futuro: Acelerar la transición energética en América Latina y el Caribe”, espacio en el que participaron representantes de diversos países, quienes narraron sus experiencias y los éxitos alcanzados.
OPORTUNIDADES QUE LATINOAMÉRICA PUEDE APROVECHAR
La oficial del Programa de América Latina y El Caribe de la Agencia Internacional de Energía expuso que para que la meta climática comience a mostrar señales de avance sostenido, debe centrarse necesariamente en las personas, eliminando así brechas históricas de exclusión social.
“Diez millones de personas podrían tener acceso a la electricidad, recordemos que América Latina tiene una brecha de 17 millones de personas que no tienen acceso a la electricidad y que en un escenario de negocios de uso (business as usual) únicamente un millón de personas al 2030 podrían tener acceso a la electricidad”, expuso. Expresó que para acelerar el paso y “para hacer coincidir la retórica con la práctica” debe haber una mayor inversión en la producción y transmisión de la energía limpia, compromiso que según reveló no hay coincidencia entre los mensajes que se divulgan en torno a la CO2 y en lo que realmente están haciendo los gobiernos.
Sostuvo que uno de los principales impactos favorables que tendrá la transición a la energía limpia es la disminución del número de muertes fruto de la contaminación que se da dentro de los hogares, por la carencia de los métodos de cocción con energía limpia (Cocinar los alimentos sin el uso de gas, leña o carbón). En América Latina, 75 millones de personas siguen cocinando sus alimentos empleando los métodos tradicionales por no tener acceso a la energía libre de contaminación.
Reveló que anualmente unas 80 mil personas mueren al año, fruto de esa contaminación que se verifica en los hogares por el consumo de energía contaminante, agregando que unas 30 mil muertes pudieran ser evitadas hacia el 2030, si se le permite a las personas contar con esta nueva fuente de energía. De igual manera, consideró que la inversión en estas nuevas fuentes energéticas permitirá aumentar el acceso al empleo, permitiendo una reactivación económica de la región, estaría apalancada en este nuevo sistema.
“Calculamos que un millón de empleos formales se podría crear en este escenario de transición, lo que representa una oportunidad única para que América Latina siga posicionándose dentro de la transición energética global”. La experta sostuvo que la producción de biocombustible podría ser multiplicada en por lo menos 2.5 veces, dando la oportunidad de incursionar en nuevos mercados. En lo que concierne a la producción de hidrógeno con bajas emisiones, según dijo, existe la posibilidad de que se pueda alcanzar una producción anual de un millón de toneladas de hidrógeno hacia el 2030, lo que puede inclusive, servir para exportación.
Dar el paso hacia la producción de energía limpia, aprovechando los recursos de manera responsable, reveló Bernal Guzmán, podría dejar ganancias anuales por encima de USD$50,000 millones adicionales de ingresos podría tener la región, lo que representa una gran ventaja y también compensar aquellos ingresos que dejarán de percibirse fruto de la transición hacia la energía limpia. Aparte del tema del incremento de las inversiones, también esta experta se refirió al tema de la eficiencia energética, un tema que consideró rezagado actualmente en nuestros países.
Sostuvo que uno de cada tres países realiza aportes para tener equipos en los hogares que permita mayor eficiencia energética en edificios, transporte e industrias.
PLANTEAMIENTO DE LOS REPRESENTANTES DE LOS PAÍSES
La representante de Guatemala, Silvia Alvarado de Córdoba, presidenta de la Junta Directiva Administrador del Mercado de Mayorista, destacó el éxito del sistema de interconexión que le ha dado la posibilidad de ser exportador de energía a los países de la región Centroamericana. Dijo que, en las últimas tres décadas, Guatemala ha dado un salto cualitativo en materia de producción de energía con la implementación de un marco regulatorio que da participación a la inversión privada.
Esta normativa, expresó, permitió que el Estado vendiera la participación accionaria de las tres empresas existentes en el país, es decir, el Gobierno privatizó las empresas productoras de energía, creando las condiciones para que el sector privado pudiera hacer crecer el sistema energético, con una inversión que supera los 10 billones de dólares.
Guatemala tiene más de 18 millones de habitantes, de los cuales el 97.87% tiene acceso a energía eléctrica. La experiencia de Barbados, en cambio, es la de un país que da servicios de energía eléctrica a 350 mil ó 400 mil personas. También Barbados encabeza la lista de países del Caribe que da servicios de movilidad eléctrica.
La CEO de la Comisión de Comercio Justo de Barbados, Marsha Atherley-Ikechi, al aportar a la discusión sostuvo que han tenido pasos importantes en cuanto a energía renovable.
El reto ahora es lograr almacenamiento de las diferentes fuentes alternativas de energía renovable, alcanzando una posición privilegiada en materia de producción de energía limpia en el Caribe. El representante de Brasil, Aurelio Bustilho de Oliveria, CEO de ENEL Américas, consideró crucial dar solución al problema climático energético mediante una respuesta a la producción de energía en el marco de un proceso integral, tomando en cuenta también a las personas que desean producir su propia energía.
“Creo que no hay una solución única. El reto es construir un sistema inclusivo. Tenemos que hacer y dejar un legado con valor añadido, buscando la unidad en la acción, pero con soluciones que procuren la participación de todos”, indicó Bustilho.
De su lado, Gabriel Melguizo, presidente ai, Grupo ISA, de Colombia, consideró que el avance en el proceso de este proceso de energía limpia, se construye, especialmente sobre la base de la planeación y la confianza entre lo privado y lo público.
Melguizo consideró que “hay que lograr la confianza en la construcción dinámica y flexible de esas soluciones. No podemos seguir planeando desde criterios que son muy seguros, pero nada flexibles. Hay que integrar la nueva tecnología, el almacenamiento de energía, la electrónica de potencia y otras opciones de las que conviene conversar en espacios de soluciones”.
El debate en torno al tema de la inversión para seguir avanzando en la producción de energía renovable, concluyó colocando sobre el mesa el desafío de lograr alianzas público privadas, basadas en la confianza y en el apoyo a iniciativas que involucren a las personas en todo el proceso de transición hacia la producción y consumo de energía limpia.