domingo, abril 28, 2024
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Un espontáneo 

Joven y su orientación académica

(Ángel del Rosario Medina/Especial para El Tiempo) Los desafíos de la sociedad dominicana hacen cada vez la vida más competitiva en el mercado laboral para nuestros jóvenes, ya que, incluso, para acceder a las empresas o instituciones privadas y públicas, es necesario que haya cursado, lo que antes se denominaba bachillerato, hoy, nivel secundario.

La razón de que hace algunos años se necesitara insertarse en el mercado laboral con lo que llamábamos octavo, hoy segundo de secundaria, requería ser aprobado y en la actualidad se requiere el nivel secundario cursado, es sin lugar a dudas, por deducción, que pronto se requerirá tener como mínimo una licenciatura aprobada, aún sea para realizar una labor fuera de la preparación profesional. La decisión de la carrera profesional no es una determinación que se hace el último año preuniversitario, esta decisión recorre a lo largo de toda su estadía en el nivel primario y secundario, inclusive, el nivel inicial.

En mi vida académica he llegado a la conclusión por varios estudios observacionales que es necesario tener en cuenta tres variables para la buena elección de la carrera profesional. La primera, y más importante, la aptitud que tiene que ver con las habilidades y competencias que tiene que tener para la realización de una determinada tarea. La segunda variable hace referencia a la vocación o interés, por eso que tienes competencia, guarda relación con lo que te gusta.

Y el tercer elemento de incidencia para esa buena elección se basa en  las oportunidades, estas que son elementos que inciden y que se pueden adaptar para realizar ese estudio que tiene, las competencias y que te gusta. Por ejemplo, dices que no puedes estudiar en una determinada universidad, porque no está la carrera por la cual tienen las habilidades, pero es posible que esté disponible en otras universidades del país.

Se recomienda a la familia que pueda buscar la forma, claro dentro de las limitaciones y posibilidades económicas, para que sus hijos puedan estudiar esa carrera, no solo que le guste, sino que tiene que tener la aptitud para cursarla y luego ejercerla. Su buena elección repercutirá en su buen desempeño académico y laboral.

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