viernes, noviembre 22, 2024
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Un espontáneo: Aplicación de protocolos en transición académica de los estudiantes 

(Tita Calderón Carpio/Especial para El Tiempo) La transición es la acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro modo distinto. Algunos autores la definen como el paso gradual de la trayectoria de la vida escolar y personal del estudiante, que comporta cambios trascendentes y le demanda la puesta en práctica de sus recursos cognitivos, afectivos y comportamentales, para adaptarse al nuevo escenario y asumir una activa participación en su nuevo rol (Cabrera, 2006).

El paso de un nivel educativo a otro es un proceso que algunas veces genera alegría y sensación de logro, y, en otros casos, ansiedad, preocupación, miedo al desconocimiento de la naturaleza y estructura de los niveles educativos, que, aunque están claramente establecidos en la Ordenanza 03-2013, requieren de la toma de conciencia de la comunidad educativa sobre la pertinencia de su aplicación para evitar situaciones traumáticas en los educandos, que generen fracaso académico. 

Garantizar la agilidad de la transición académica de los estudiantes es todo un desafío presente en los sistemas educativos, ya que de ello depende, en gran medida, la disminución del abandono escolar y el buen desempeño de las generaciones presentes y futuras. Tomando en cuenta estas consideraciones, el Ministerio de Educación (Minerd) ha puesto recientemente a la disposición de los centros escolares, unos Protocolos Para La Transición Académica en los niveles de educación Inicial y Primaria, que han sido elaborados tomando en cuenta los cambios experimentados por los estudiantes, principales actores del proceso, en la continua adaptación a las nuevas circunstancias y escenarios presentados en los niveles escolares alcanzados.

Esos protocolos están definidos por contenidos relevantes y puntuales. Incluyen propósitos, criterios de elaboración, definición de fases para la ejecución, instrumentos para evaluar y sistematizar informaciones y resultados. Su aplicación requiere de un consenso para la planificación de acciones mancomunadas, orientadas por valores como el trabajo en equipo y la responsabilidad. El éxito en esta importante tarea dependerá de la acción conjunta y complementaria de las autoridades educativas de todas las instancias, así como de la activa participación de las familias, los propios estudiantes y las instituciones aliadas (CAIPI, INAIPI…).