La actualidad en letras

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Un año que viene y otro que se va

Tras agotarse el calendario 2021, todos deberíamos hacer un ejercicio de retrospección y analizar los eventos y situaciones que nos han afectado a lo largo del trayecto que nos condujo hasta el final de esta ruta, cuyo inevitable resultado será el de encontrar una nueva ruta, desconocida y sorprendente, que nos lleve hacia un nuevo año 2022.  Otras 365 páginas por escribir. Nuevos retos, nuevas experiencias. Logros y fracasos, satisfacciones y temores. Al llegar ahí, analicemos en qué decisiones estuvimos acertados, y en cuáles fallamos.  Es parte de la evolución humana.

Si pensamos en el logro más importante de este 2021, podríamos decir que tanto yo, que escribo, como todos los que leen este artículo, hemos vencido la amenaza más peligrosa que pudimos haber enfrentado: la de preservar nuestra salud.  Sea cual sea su teoría y actitud sobre el covid-19 y los recursos a los que tuvimos acceso para enfrentarla, hasta hoy logramos superarla. Pero los retos del 2021 no se limitan al ámbito de la salud física. También lo ha sido la salud mental, salud y estabilidad económica tanto a nivel país como a nivel personal. El poder mantener una actividad laboral o profesional, un techo sobre nuestras cabezas, encontrar los artículos que día a día necesitamos para subsistir, e incluso haber logrado una cierta dosis de vida social o cultural. Cosas que antes dábamos por hecho que siempre estarían ahí, a nuestro alcance, ya no estaban garantizadas, y nos damos cuenta de que talvez hemos tenido mucho, y lo hemos apreciado poco.

Si usted ha llegado a este punto, ese análisis le hará crecer, le hará más fuerte y más sabio. Pero los retos no terminan aquí…. y en el nuevo calendario probablemente descubriremos nuevas ramificaciones de los problemas y causas que ya creemos superadas.   

Como personas, quizás el objetivo para un nuevo año no sea muy distinto al anterior.   Como país, me permito mencionar algunas de las áreas que el actual Gobierno necesitaría mejorar o superar, para mantener el equilibrio que ha logrado durante el último año y medio:

– Estabilizar y reducir el costo de alimentos y artículos de primera necesidad, a pesar de la situación global de inflación. 

– Aumentar la inversión real en proyectos que generen fuentes de empleos y dinamicen la economía.

– Revisar y mejorar el deficiente sistema educativo del país.

– Controlar el nivel de criminalidad y lograr mayor seguridad ciudadana.

– Implementar una reforma fiscal progresiva que logre aumentar los ingresos del Estado sin impactar grandemente a las clases más pobres.

– Diversificar la economía para reducir dependencia a un sector particular. 

– Reducir la informalidad comercial mediante un sistema fiscal más serio, más simple y amigable para el segmento

– Iniciar un descenso paulatino del nivel de endeudamiento actual del país.  

Debemos reconocer que no es tarea fácil, pero trabajando de manera ordenada se puede lograr… o al menos empezar. Esperemos que el 2022 nos sonría con mejores oportunidades y pequeños logros que devuelvan la esperanza a tantos que parecen haberla perdido. Pero aumentemos la dosis de coraje y determinación para seguir venciendo.  Corrijamos errores y evitemos repetirlos.

¡Bienvenido 2022!