viernes, mayo 17, 2024
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En buen sentido: El discurso en tiempo de crisis

En buen sentido: El discurso en tiempo de crisis

Antonio Corcino | ancorcino@gmail.com
Cuando atravesamos por una crisis como la actual, lo que uno espera es que el lenguaje usado por las autoridades sea esperanzador, no el del oportunista. Los políticos en general, el nuestro en particular, utilizan el lenguaje verbal y no verbal para falsificar la realidad, sobre todo en este momento cuando atravesamos por una situación de carácter planetario como el covid-19, el que obligo a declarar al país en Estado de emergencia, una correcta decisión por la vida. Para evitar su propagación se decretó el aislamiento social y supresión de algunos derechos, y operar de manera ilimitada, razón por la que apelaron al sacrifico social y económico. Sin embargo, vieron la oportunidad de capitalizar políticamente esta sorpresiva realidad, al gobierno y al partido con grave crisis de credibilidad y confianza, y mejorar su imagen mediante bulto mediático y tratar de hacer crecer su candidato, proyectándose como sensible y solidario, pero estas aseveraciones no han surtido efectos. Es oportuno que el contenido de la comunicación gubernamental sea positivo y de aliento, como la que se espera ante esta crisis sanitaria para proyectar confianza y esperanza. Pero sus expresiones son solo deseos, y las medidas compensatorias, no han llenado las expectativas, pues siguen los fallecimientos por causa del coronavirus y las poblaciones más vulnerables no reciben el oportuno y adecuado auxilio oficial, como también no cesan los reclamos por la falta de transparencia en el manejo esta calamidad. Sus informaciones manifiestan una agenda oculta, disfrazada con frases aparentemente sinceras, pero son para engañarnos, haciéndonos creer que son sensibles ante esta pandemia. Para conseguir que la sociedad sea solidaria y consecuente, y avale el manejo de esta crisis, han venido utilizando diferentes medios y recursos para engatusar y estafar nuestras emociones. Cuando llaman a la unidad, sacrificio y compromiso mediante las propagandas, en cambio sus prácticas denotan lo contrario. Con la creación de una comisión para monitorear procesos de este estrago, ratifica su incapacidad. Por otro lado, para asegurar su libertad de acción en esta situación se apoya en la millonaria maquinaria publicitaria para tratar de vendernos sus buenas intenciones, como hacernos creer que somos culpables sino cumplimos con estas disposiciones. Es en este momento de crisis cuando el lenguaje oficial muestra su verdadera intención, su autocompasión ante la realidad, como es el usado para enróstranos que son los salvadores y no para decirnos la gravedad del sistema de salud. En fin, es en tiempo de crisis cuando vemos como el idioma es usado para afianzar y manejar el poder.]]>

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