miércoles, octubre 30, 2024
InicioColumnistasEl juego del ultimátum

El juego del ultimátum

Verba CDL

Imagina que estas en la esquina de la Doble Vía en Verón junto a una amiga, atento a sus asuntos esperando transporte para llegar a sus trabajos en los hoteles de la zona. Un señor se acerca a ustedes y ofrece lo siguiente, te ofrece un billete de $500 pesos y dice que puedes quedarte con el dinero, pero con una condición: Debes compartir parte del dinero con tu amiga. Puedes ofrecerle la cantidad que desees, pero si tu amiga rechaza la oferta, ni tu ni ella reciben el dinero ¿Qué harías?

Esta es la premisa del juego del ultimátum, un experimento de la rama de la economía que aporta resultados interesantes sobre como el ser humano toma decisiones económicas.

Le plantee este ejercicio a mi esposa e hijo de 10 años. Ambos respondieron por separado y ofrecen $125 pesos y $200 pesos respectivamente. Al preguntar sobre sus motivaciones para ofrecer esos montos, mi esposa responde que inició con ese valor para iniciar una negociación, por lo cual queda anulado el ejercicio para ella, ya que no admiten negociaciones: Tu amiga acepta o rechaza la propuesta, sin espacio para negociación. Pero vamos a profundizar un poco en la oferta del niño, en su caso le pedí que imaginara que su “amiga” era una compañera del colegio conocida, de forma que el ejercicio fuera más concreto para él.

Padre (yo): “¿Por qué le ofreces ese monto?” ($200 pesos)

Hijo: “Sé que ella lo va a aceptar, pero para que sea más tentadora la oferta”

Padre (yo): “¿Si estás seguro que va a aceptar, porque no le ofreces 300 entonces?

Hijo: “¡Oh… ella podría pensar que le estoy ofreciendo $200 pesos, pero que yo me estoy quedando con $300 y decir que no!”

Y en esta breve interacción se resume mucho sobre la toma de decisiones económicas del ser humano. Tengo los $500 pesos en mano y tu amiga está esperando tu oferta expectante: ¿Seré generoso o dividiré el dinero de forma equitativa? ¿“mocho” a mi amiga y trato de sacar ventaja?

Continúe interrogando a mí hijo, pidiéndole que se imaginara siendo él quien recibe la oferta y que excluyera de su toma de decisión, el monto de dinero con el que su amiga se queda, de esta forma, él solo se enfoca en sus opciones y los resultados de cada decisión. 

Desde un punto de vista económico-utilitario, se debe ofrecer el monto más bajo posible, en el caso de $500 pesos, se ofrecería 1 peso; como es dinero gratis, la propuesta debe ser aceptada. Pero en la realidad las personas no se comportan de esta forma. En pruebas experimentales realizadas en universidades de países desarrollados, los sujetos bajo observación que reciben la propuesta de manera regular rechazan las ofertas que perciben ser muy bajas. En otros estudios, los sujetos que deben realizar la oferta a veces no elijen ofrecer el monto más bajo posible. Esto dice mucho sobre la forma como evaluamos nuestras decisiones y como funcionamos como parte del contexto social.

Artículo anterior
Artículo siguiente