La Procuraduría General de la República debería poner más empeño en la Unidad de Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales, en La Romana, a razón que el local está sumergido en un abandono casi total. El frente de la institución luce abandonado, las puertas y ventanas en su mayoría están rotas, el baño no tiene techo, hacen falta asientos, algunas áreas requieren pintura, las rejillas se visualizan oxidadas, entre otras anomalías.