Los trabajos paralizados, hace más de dos años, en la Escuela Salomé Ureña de Henríquez, situada en El Peñón, en La Romana, ha puesto en alarma al personal directivo y docente, sobre el peligro que enfrentan los estudiantes cada día de clase. Esto así, porque un estudiante puede tropezar o al correr en su momento de recreo y caer encima de las múltiples varillas que hay escondidas en la maleza y otras al descubierto en el patio de la escuela.