MÉXICO. «Los quiero», fue como el cantante español manifestó su sentimiento ante el público, al despedirse de los escenarios mexicanos con una noche de éxitos y nostalgia en el escenario del Auditorio Nacional, como parte de su gira del adiós Baladas para una despedida.
No hay fecha que no se cumpla y después de cinco años de ausencia, el cantautor José Luis Perales llegó a la Ciudad de México para cumplir con una cita con sus fans por última vez.
«Bienvenidos a una noche de música y de encuentro, que por cierto ya era hora, gracias por estar aquí», dijo al terminar de interpretar «Balada para una bienvenida».
Entonces comenzó un viaje por el recuerdo con temas como «Me llamas», «Si y cosas de doña Asunción».
Después de interpretar «El amor», uno de sus grandes clásicos, Perales recibió por parte del público una prolongada ovación, la cual correspondió cruzando los brazos sobre el pecho, simulando un abrazo, haciendo una pequeña reverencia y con una amplia sonrisa, para continuar con otro de sus éxitos «Y te vas», que fue cantado también por los presentes.
«Hoy quiero compartir un secreto con todos ustedes, yo no quería ser cantante, yo en realidad era un escritor de canciones como hobby, porque me gustaba la música y pensaba, si yo encontrara a alguien que quisiera cantar una canción mía, y llegó el grupo Mocedades, que grabaron el siguiente tema», dijo antes de interpretar «Le llamaban loca».
Recordó también las canciones que escribió para otros artistas, como Isabel Pantoja, Miguel Bosé o Raphael, y mientras contaba la historia de cada una, la gente no dejaba de gritarle «Te Amo» y pedirle canciones, entonces cantó «Creo en ti» y «Frente al espejo».
«Y cómo es él» y «Te quiero» fueron los siguientes temas que interpretó, pero el verdadero momento del adiós estaba cerca, porque sus músicos lo dejaron solo en el escenario.
«Muchas gracias por esta noche y por todas las noches que han sido muchas las que he vivido en este país, hace muchos años escribí una canción pensando en el día en que se apagaran las luces y volviera a casa, nunca la canté porque este era el momento», entonces dijo que sólo la cantaría con su guitarra, mientras eso pasaba la gente le gritaba que no se fuera, pero de pronto se hizo un silencio y sólo su voz se escuchó interpretando «Me iré calladamente» y cuando finalizó 9 mil personas se pusieron de pie para aplaudirle y verlo desaparecer de escena.