LOS ÁNGELES (AP). Los Lakers de Los Ángeles simplemente no logran recomponerse y se están quedando sin tiempo.
Desde las lesiones de Anthony Davis, el mal juego de Russell Westbrook y la incapacidad de LeBron James para cargar con todo, prácticamente nada ha salido bien esta temporada.
Tras la derrota del lunes por 117-110 ante los Spurs, los Lakers tienen foja de 28-36 y son novenos en la Conferencia Oeste, a tres juegos del 11mo lugar. Un grupo del que se esperaba que contendiera por el título está cerca de quedar fuera del playoff de 10 equipos.
Pero aún no se pierde la esperanza en Hollywood: James y el entrenador Frank Vogel insisten en que aún hay tiempo para que Davis se recupere, Westbrook encuentre su forma y el resto de los Lakers mejore también.
“Aún tenemos partidos por disputar”, indicó James la semana pasada después de que los Lakers dejaron escapar su ventaja y perdieron ante Dallas en casa. “Hasta que me pisoteen, me corten la cabeza, me entierren, sigo teniendo oportunidad. Ahí está mi confianza”.
Pero cada derrota desalentadora y lesión subraya que probablemente los sueños de los Lakers, de conseguir su 18vo título, son poco realistas. Un equipo que cuenta con cuatro integrantes del plantel ideal del 75to aniversario de la NBA, tiene foja de 7-17 desde el 7 de enero.
Nadie sabe exactamente a quién culpar por la mediocridad —ni siquiera la directiva de los Lakers, que no ha convertido a Vogel en el chivo expiatorio para despedirlo en consecuencia.
Pero las viejas estrellas de los Lakers están avergonzadas por el estado actual de la franquicia.
James Worthy, una de las figuras durante la época del Showtime en Los Ángeles, recientemente se refirió al equipo actual como “muertos vivientes” en su propia cadena de televisión.
Shaquille O’Neal reprobó al equipo por su falta visible de pasión durante otra derrota —y aseguró que él no aceptaría la situación actual.
“Si estoy perdiendo ante los Clippers alguien va a resultar golpeado esa noche en el vestuario”, advirtió Shaq.
Westbrook, Jugador Más Valioso del 2017, está disparando de manera pobre y ha tenido dificultades para adaptarse a James. Promedia 18,1 puntos por partido, la menor cantidad desde el 2009-10 cuando sumó 15,9 unidades por juego. Pero el estilo de repartir el balón no se ha traducido en triunfos.
Lo único que sugiere que los Lakers aún podrían lograr algo en esta miserable campaña es el mejor jugador de la plantilla. Aunque posiblemente tendrá que lidiar con dolor en la rodilla al final, James, de 37 años, sólo se ha perdido una postemporada desde el 2005 y aún está en su mejor forma cuando se halla saludable.