VERÓN. La preeclampsia es una complicación del embarazo caracterizada por presión arterial alta y signos de daños en otro sistema de órganos, más frecuentemente el hígado y los riñones. Generalmente, la preeclampsia comienza después de las 20 semanas de embarazo en mujeres cuya presión arterial había sido normal.
Si no se trata, la preeclampsia puede desencadenar complicaciones graves, incluso mortales, tanto para ti como para tu bebé. Si tienes preeclampsia, el tratamiento más efectivo es dar a luz a tu bebé. Incluso luego del parto, sentirte mejor puede llevarte un tiempo.
Si se te diagnostica preeclampsia en el embarazo demasiado temprano para dar a luz a tu bebé, tú y el médico enfrentan a una tarea difícil. Tu bebé necesita más tiempo para madurar, pero debes evitar ponerte a ti o a tu bebé en riesgo de sufrir complicaciones graves.
En raras ocasiones, la preeclampsia se desarrolla después del parto, una enfermedad que se conoce como preeclampsia posparto. Factores de riesgo
La preeclampsia se manifiesta solo como una complicación del embarazo. Los factores de riesgo incluyen los siguientes:
Antecedentes de preeclampsia. Los antecedentes personales o familiares de preeclampsia aumentan significativamente el riesgo de tener preeclampsia.
Hipertensión crónica. Si ya tiene hipertensión crónica, el riesgo de que se produzca una preeclampsia es mayor.
Primer embarazo. El riesgo de tener preeclampsia es mayor durante el primer embarazo.
Nueva paternidad. Cada embarazo con una nueva pareja aumenta el riesgo de preeclampsia más que un segundo o tercer embarazo con la misma pareja.
Edad. El riesgo de preeclampsia es mayor para las embarazadas muy jóvenes así como para las que tienen más de 35 años.
Raza. Las mujeres negras tienen un mayor riesgo de preeclampsia que las de otras razas.
Obesidad. El riesgo de preeclampsia es mayor si eres obesa.
Embarazo múltiple. La preeclampsia es más frecuente en las embarazadas de mellizos, trillizos u otros embarazos múltiples.
Intervalo entre embarazos. Tener bebés con menos de dos años o más de 10 años de diferencia conduce a un mayor riesgo de preeclampsia.
Antecedentes de determinadas afecciones. El hecho de tener determinadas afecciones antes de quedar embarazada, como hipertensión arterial crónica, migrañas, diabetes tipo 1 o 2, enfermedades renales, tendencia a la formación de coágulos o lupus, aumenta el riesgo de tener preeclampsia.
Fertilización in vitro. El riesgo de preeclampsia aumenta si el bebé fue concebido con fertilización in vitro. Prevención
Los investigadores continúan estudiando formas de prevenir la preeclampsia, pero hasta ahora no han surgido estrategias claras. Comer menos sal, cambiar tus actividades, restringir calorías o consumir ajo o aceite de pescado no reduce el riesgo. No se ha demostrado que un aumento de la ingesta de vitaminas C y E sea beneficioso.
Algunos estudios han revelado una relación entre la deficiencia de vitamina D y un mayor riesgo de tener preeclampsia. Sin embargo, mientras algunos estudios han demostrado una relación entre tomar suplementos de vitamina D y un menor riesgo de tener preeclampsia, otros no han logrado establecer la conexión.
No obstante, en ciertos casos, puedes reducir tu riesgo de tener preeclampsia con lo siguiente:
Aspirina en dosis bajas. Si tienes ciertos factores de riesgo, que incluyen antecedentes de preeclampsia, embarazo múltiple, presión arterial alta crónica, enfermedad renal, diabetes o enfermedad autoinmune, el médico puede recomendarte una dosis diaria baja de aspirina (81 miligramos) a partir de las 12 semanas de embarazo.
Suplementos de calcio. En algunas poblaciones, las mujeres que tienen deficiencia de calcio antes del embarazo, y que no obtienen suficiente calcio durante el embarazo a través de sus dietas, podrían beneficiarse de los suplementos de calcio para prevenir la preeclampsia. Sin embargo, es poco probable que las mujeres de los Estados Unidos u otros países desarrollados tengan una deficiencia de calcio en un grado tal que los suplementos de calcio las beneficien.
Es importante que no tomes ningún medicamento, vitamina o suplemento sin antes consultarlo con tu médico.
Antes de quedar embarazada, especialmente si has tenido preeclampsia anteriormente, es una buena idea estar lo más saludable posible. Baja de peso si lo necesitas y asegúrate de que tus otras enfermedades, como la diabetes, estén bien controladas.
Una vez embarazada, cuídate y cuida a tu bebé con atención prenatal temprana y periódica. Si la preeclampsia se detecta temprano, tú y tu médico pueden trabajar juntos para prevenir complicaciones y tomar las mejores decisiones para ti y tu bebé.
Escrito por el personal de Mayo Clinic