VERÓN. El gusano calamar del fondo del mar está entre esos animales marinos que parecen terrestres. Alargado, con cerdas blancas y simetría casi perfecta, esta especie representa una de las últimas curiosidades de la biología mundial. Aquellos que piensan que un solo apéndice basta, se sorprenderán con los diez que presenta este gusano en su cabeza. En la práctica, no es sencillo toparse con uno pues viven entre los 3000 y 4000 metros de profundidad en los océanos.
El nombre científico que se le ha dado es Teuthidodrilus samae y su descubrimiento es tan reciente que no tiene página en Wikipedia. De hecho, este anélido fue descubierto puntualmente en el año 2007 durante una expedición marina. Cientificos en otras partes del mundo aseguran haberle visto unos años antes.
Probablemente el aspecto que más maravilla a los biólogos es la impecable simetría bilateral de este animal. Su tronco similar al de los gusanos, está ligeramente segmentado por “anillos” gelatinosos también bastante simétricos. En cada una de estas formaciones se ve la repetición exacta de órganos internos.
En su zona cefálica se encuentran 10 apéndices, tienen forma de delgados brazos o tentáculos de los cuales se sabe poco. Actualmente, se cree que estos son vitales para la alimentación del animal, cuyo principal producto es el plancton.
De esto se trata la interesante simetría bilateral de este extraño animal. Debido a la consideración de sus características, los cientificos le han clasificado dentro de la familia de los anélidos. Nos referimos a una categoría animal de más de 16.000 ejemplares; entre ellos se incluyen por ejemplo la sanguijuela.
El estudio del gusano calamar del fondo del mar es desarrollado por el Instituto Scripps de Oceanografía de California. En el año 2010 fueron presentados los primeros datos del estudio del mismo. En el momento de su descubrimiento, los primeros ejemplares avistados rondaban en los 100 metros de profundidad.
Según los expertos, esta sería una especie oriunda de los mares que rondan Las Filipinas e Indonesia. Aunque su descubrimiento oficial data del 2007, cientificos indios indicaron haberlo visto por primera vez en el 2004. En aquel momento, simplemente no se recogieron muestras de los extraños ejemplares.
El reconocimiento de esta nueva especie es una demostración de lo poco explorado que están los océanos y la fauna marina. Se piensa que casi el 80% de la vida marina en el mundo aún es totalmente desconocida. A pesar de estar en el año 2020, se puede decir que el aprendizaje biológico del ser humano apenas está en sus inicios.