Es visible como en cada esquina proliferan los colmadones, las ‘discolay’ en las calles y vehículos que al pasar retumban por el alto volumen. También, en algunos hogares no respetan la paz y la tranquilidad de los demás, al punto de que las personas llegan a sus trabajos trasnochados porque no pueden dormir, lo que altera su sistema nervioso y le dificulta realizar sus labores. Además de casos de niños que no pueden estudiar en su casa y hasta se duermen en las escuelas.